Alza de precios

Moncloa hace caja con la inflación

Mientras la población sufre las inclemencias del alza de precios, el Gobierno engorda las finanzas públicas a costa de las privadas

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, interviene durante el pleno celebrado este miércoles en el Congreso de los Diputados
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, interviene durante el pleno celebrado este miércoles en el Congreso de los DiputadosJavier LizónAgencia EFE

La inflación tiende a mejorar las finanzas del Estado por una doble vía. Por un lado, sus ingresos crecen en términos nominales: si todos los precios y todas las rentas de la economía se duplican, entonces la recaudación que extrae el Ejecutivo de esos precios y de esas rentas también se duplicará. Y, en la medida en que la deuda pública es una cantidad fija que no se halla indexada a la inflación, más inflación equivale a menos deuda pública efectiva.

Pero, por otro lado, la inflación también incrementa los ingresos públicos en términos reales: dado que tenemos un sistema fiscal progresivo, esencialmente en la parte de los impuestos directos, cuanto más aumentan los ingresos –aunque sea en términos nominales–, mayor es el tipo efectivo medio al que se tributa.

Por ejemplo, en términos generales (aunque todo ello varía entre comunidades autónomas), el tipo marginal para los 12.450 primeros euros de ingresos es del 19% en España; entre 12.450 y 20.200 euros, 24%; entre 20.200 y 35.200, 30%; entre 35.200 y 60.000, 37%; entre 60.000 y 300.000, 45%; y a partir de 300.000, 47%. Pues bien, imaginemos un ciudadano que ingresa 30.000 euros anuales: en ese caso (y obviando todos los beneficios fiscales que existen), debería abonar unos impuestos de 7.165,5 euros lo que equivaldría a un tipo efectivo medio de casi el 24%. Supongamos ahora que la inflación es del 50% y que, en consecuencia, ese ciudadano pasa a cobrar 45.000 euros anuales. En tal caso, y a pesar de que su poder adquisitivo no ha aumentado, ese ciudadano se verá forzado a pagar 12.350 euros en impuestos, lo que implica un tipo efectivo medio del 27,5%. Y si la inflación fuera del 200% y su salario pasara a ser de 90.000 euros, el tipo efectivo medio aumentaría hasta el 35%.

Démonos cuenta de que se trata de una subida efectiva de impuestos sobre un ciudadano que no se ha enriquecido en términos reales: su posición económica dentro de la sociedad es la misma, pero le toca pagar un tipo impositivo superior… porque el Ejecutivo no deflacta los tramos del IRPF por la inflación.

En este sentido, España lleva desde 2008 sin deflactar los tramos del IRPF en función de la inflación que hemos sufrido desde entonces: no lo hizo Zapatero, no lo hizo Rajoy y, por supuesto, tampoco lo hace Pedro Sánchez. Todos ellos, pues, nos han subido los impuestos por la puerta de atrás valiéndose de la inflación. ¿Y cuánto nos toca pagar de más por culpa de esta sucia maniobra política? El catedrático de la Universidad Complutense, José Félix Sanz, acaba de calcularlo en un reciente informe publicado para la Fundación Disenso: por culpa de no haber deflactado las bases imponibles del IRPF desde 2008, los contribuyentes españoles pagamos, en promedio, 700 euros más de lo que deberíamos estar pagando. Sólo en 2022 y como consecuencia de la elevada inflación experimentada en 2021, pagaremos 200 euros más de lo que nos correspondería pagar.

Así pues, mientras la población española sufre las crecientes inclemencias de la inflación, el Gobierno va haciendo caja con ella. Justamente por eso no tiene interés alguno en deflactar el IRPF: porque de lo que se trata es de engordar las finanzas públicas a costa de las finanzas privadas.

Suben los tipos de interés

La Reserva Federal estadounidense (Fed, por sus siglas en inglés) subió esta semana sus tipos de interés por primera vez desde el comienzo de la pandemia, en concreto desde el año 2018: desde el 0% al 0,25%. Se trata de un alza muy modesta pero que, si hacemos caso de las palabras del banco central, se va a ver acelerada durante los próximos meses. Y es que la mayoría de los miembros de la Fed quieren cerrar este año 2022 con unos tipos de interés entre el 1,5% y el 2,5%. De ser así, pues, experimentaremos un incremento de tipos casi cada mes. La cuestión es si todo ello bastará para mantener a raya una inflación que ya se ubica en el 7,9% en el caso del país norteamericano y que la guerra en Ucrania tras la invasión rusa amenaza con disparar aún más.

El petróleo se abarata

Durante los últimos días, el precio del petróleo experimentó una reducción considerable desde 132 dólares por barril hasta el entorno de los 100. ¿Por qué en pocos días se moderó de un modo tan marcado? Por un lado, porque en los mercados se ha instalado un, tal vez injustificado, clima de que la guerra puede terminar pronto por acuerdo entre Putin y Zelenski, lo que normalizaría la oferta. A su vez, EE UU sigue impulsando el incremento de la oferta de Venezuela e Irán, lo que acrecentaría la oferta. Y, por otro, porque la política de Covid cero de China ante la nueva ola de Ómicron está conduciendo a la parálisis de importantes zonas del país, lo que reduce la demanda global de petróleo. Se trata de determinantes muy potencialmente frágiles que no aseguran que el petróleo no se dispare aún más.

Petro, contra las pensiones privadas

El candidato de la izquierda colombiana a la presidencia del país, Gustavo Petro, anunció en un reciente debate televisivo que su futurible gobierno entregaría un subsidio de unos 200 euros mensuales a alrededor de tres millones de ciudadanos. ¿Y cómo podría Colombia financiar un programa social tan caro? Petro propone nacionalizar buena parte del ahorro previsional de aquellos colombianos que a día de hoy invierten a través de planes privados de pensiones: todos ellos serían obligados a cotizar al sistema público y, con ese dinero de las cotizaciones, Petro podría abonar su programa clientelizador. En el fondo, pues, pan para hoy y hambre para mañana: pero los políticos son así de cortoplacistas porque sólo buscan conquistar el poder caiga quien caiga.