Inmobiliario

Los salarios no pueden seguir el ritmo de los precios de la vivienda nueva

Un estudio basado en datos del Ministerio de Transportes concluye que estas casas se han encarecido un 38% desde la burbuja inmobiliaria. Los salarios se han incrementado un 22% en el mismo periodo

Edificios de viviendas en construcción en la Comunidad de Madrid
Edificios de viviendas en construcción en la Comunidad de MadridAlberto R. RoldánLa Razón

El acceso a la vivienda es uno de los grandes problemas de España. Y el diferente ritmo al que evolucionan los salarios y el precio de las casas es uno de los motivos fundamentales que explican las dificultades para su adquisición y que para muchos colectivos se haya convertido en algo casi fuera de su alcance. Los sueldos, por ejemplo, han sido incapaces en los últimos años de seguir el ritmo al que se han movido los precios de la vivienda nueva. Mientras que el coste medio de una residencia de este tipo se ha incrementado un 38% desde 2007, el de los salarios lo ha hecho sólo un 22%, 16 puntos menos.

El incremento de los precios de los inmuebles lo ha constatado en un reciente análisis Euroval, la sexta tasadora de nuestro país por volumen de facturación y cuota de mercado; tras analizar la media de precios en 2007 y los correspondientes al primer trimestre de este año de esta tipología de viviendas. Su fuente estadística para el precio de la vivienda ha sido la información del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma). El análisis comparativo de Euroval concluye que, a nivel nacional, el incremento de los precios de la vivienda nueva en estos quince años se sitúa en el 38,4% tras acelerarse después de la pandemia. Concretamente, y según los precios de la tasadora, el precio medio de estas viviendas era de 191.656 euros en 2007 y en el primer trimestre de este ejercicio había escalado hasta los 265.302 euros.

Por encima de la burbuja

Un aumento que ha provocado que el precio de estos inmuebles supere ya el pico de la burbuja inmobiliaria que se registró en 2007 en 30 de las 52 provincias de España. Y, en algunos casos, de forma muy abultada, como sucede en Baleares (108,2%), Santa Cruz de Tenerife (79), La Coruña (57%), Málaga (49,8%), Alicante (46,8%) o Teruel (41,4%).

«Es lógico que los precios de la vivienda no hayan dejado de subir», afirma Gumersindo Ruiz, consejero de Euroval. En primer lugar, «porque la oferta de vivienda nueva es escasa y ahora el total de las compraventas de viviendas nuevas es algo menos de la mitad que entonces (326.328 en 2007 frente a 165.038 en 2021)», explica Ruiz. Sociedad de Tasación calcula a este respecto que en este momento se promueve cinco veces menos que hace 15 años, lo que unido a una alta demanda, un acelerado ritmo de absorción y el incremento de costes de los costes de construcción, está tirando de los precios. Ruiz también apunta para justificar las subidas que las viviendas nuevas actuales «son diferentes por cuanto incorporan mayor eficiencia energética y otros elementos de calidad como pueden ser más espacio común, que recogerían parte de la subida de precios». En cuanto a las provincias donde no es así, «la explicación está en que subieron en su momento los precios por encima de una demanda sostenible, y a factores locales que requieren un análisis detallado», concluye.

Frente a este incremento de precios de la vivienda nueva del 38%, los sueldos han avanzado en mucha menor medida. El salario medio en España fue el año pasado de 26.832 euros brutos al año, es decir, 2.236 euros al mes si se hace el cálculo suponiendo doce pagas anuales. En 2007, era de 21.989 euros. Sin embargo, para uno de los colectivos que más dificultades tienen para comprar vivienda, los jóvenes, las cifras son todavía peores. Entre 2008 y 2020, el salario medio de los que tienen entre 30 y 35 años apenas aumentó un 3,8%, mientras que el de los que tienen entre 25 y 29 años lo hizo un 5,3%. Aunque los peor parados sin duda son los que tienen entre 20 y 24 años, que han visto reducido de media su sueldo un 3%.

La capacidad adquisitiva de los potenciales compradores de vivienda no va a ir además a mejor en los próximos meses. Como advertía la semana pasada el consejero delegado de Sociedad de Tasación, Juan Fernández-Aceytuno, «los salarios no van a igualar la inflación -que en junio ha escalado ya al 10,2%-, por lo que se va a perder poder adquisitivo». Y eso, explicaba, va a reducir la capacidad de endeudarse tanto de los que quieren entrar en el mercado, los jóvenes, como la de aquellos que, siendo ya propietarios, aspiran a cambiar de residencia.