Energía

Japón olvida Fukushima y construirá una nueva central nuclear ante la crisis energética actual

El Gobierno de Fumio Kishida autorizará la planta para asegurarse el suministro

Trabajos de demolición de la planta nuclear de Fukushima
Trabajos de demolición de la planta nuclear de FukushimaKIMIMASA MAYAMA / POOLAgencia EFE

Japón entra en una nueva fase en su estrategia energética. El primer ministro Fumio Kishida está dispuesto a ordenar la construcción de nuevas plantas de energía nuclear de próxima generación, lo que marcaría un cambio importante en la política actual del país de alejarse de la construcción de nuevas centrales nucleares después del accidente de la planta de Fukushima de marzo de 2011.

La administración de Kishida tiene como objetivo asegurar el suministro de energía a medio y largo plazo ante los problemas surgidos tras la invasión de Ucrania con un plan para reiniciar hasta 17 reactores a partir del verano de 2023, según ha informado Nikkei.

El primer ministro cree que el plan abordará los desafíos energéticos estructurales a los que se enfrenta Japón, como la escasez de electricidad y los retrasos en la descarbonización, especialmente porque tiene como objetivo alcanzar las emisiones netas de carbono cero para 2050.

Aunque el Gobierno japonés detallará las medidas así como el calendario para implementarlas antes de fin de año, su principal objetivo a partir de 2030 es la construcción de plantas de energía nuclear de nueva generación. El Ministerio de Economía, Comercio e Industria ya ha habría elaborado un borrador sobre tales plantas, específicamente sobre reactores de agua ligera, que son más seguros; con la idea de para comenzar la operación comercial en la década de 2030.

Cambio

Hasta ahora, Japón ha evitado construir nuevas plantas de energía nuclear y mejorar las instalaciones existentes. Si se construyen nuevas plantas, serían las primeras desde el devastador terremoto y tsunami de Tohoku en 2011.

En su giro nuclear, Kishida también prevé extender el periodo operativo de las plantas nucleares existentes. La ley japonesa fija una vida operativa de 40 a 60 años, después de lo cual los reactores son desmantelados. Algunas instalaciones, como los reactores de la planta Tomari, han tardado casi diez años en recibir la autorización para operar. Eso ha hecho que el Gobierno explore medidas para extender la vida útil de las plantas.

El Gobierno de Japón también estudiará medidas que permitan a las empresas eléctricas desarrollar proyectos nucleares. Además, discutirá cómo reforzar los programas para resolver problemas pendientes como la eliminación de los residuos nucleares de alto nivel.

Invierno complicado

El plan del Gobierno japonés contempla asimismo reactivar los reactores suspendidos para evitar la esperada escasez de energía este invierno y el próximo año. En julio, Kishida anunció un plan para aumentar la cantidad de reactores nucleares activados hasta nueve para que puedan ayudar a satisfacer la demanda de energía el próximo invierno. El plan prevé el uso a medio plazo de diez reactores, que aumentará hasta los 17 previstos el próximo verano.

Japón tiene 33 reactores y las compañías de energía eléctrica han pedido a la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) que apruebe la reactivación de 25. La NRA ya ha aprobado la revisión de seguridad de 17. Y aunque diez de los 17 reactores fueron reactivados tras recibir las autorizaciones locales, solo seis permanecen en operación.