Economía

Los tres convulsos años de Lagarde en el BCE: «Aún no hemos terminado»

La primera mujer en presidir el Banco Central Europeo tomó el testigo de Draghi con los tipos al 0%, y se ha tenido que enfrentar a una pandemia y a la invasión de Ucrania con una inflación disparada

Se cumplen tres años desde que la francesa Christine Lagarde comenzó a presidir el Banco Central Europeo (BCE), unos años en los que la política monetaria ha tenido que responder a una pandemia mundial, una guerra en Europa y una inflación desbocada. La ex directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) sustituyó a Mario Draghi el 1 de noviembre de 2019, en un momento sin apenas inflación y con los tipos de interés al 0%, cuando nada hacía imaginar las turbulencias que tendría que afrontar Europa.

Tres años después, los precios se han disparado a un récord del 10,7% y el BCE de Lagarde ha ido de hito en hito histórico: en julio subió los tipos por primera vez en once años, en septiembre los incrementó por primera vez tres cuartos de punto y en octubre situó el precio del dinero en el 2%, su nivel más alto desde 2009.

Lagarde, la primera mujer en presidir el BCE, llegó en un momento en que la economía del euro se debilitaba y en el que se temía que su locomotora, Alemania, se frenase. Draghi le dejó los tipos en el 0% y el BCE daba préstamos a los bancos muy baratos para que prestaran a empresas y hogares. La política monetaria seguía su rumbo en piloto automático para impulsar el crecimiento, sin que aparentemente Lagarde tuviera que hacer mucho en ese frente y todo presagiaba que daría continuidad a la política de Draghi. Una de sus prioridades era mejorar la comunicación del BCE con la sociedad, que muchas veces no entiende qué hace la entidad, algo que ha mejorado.

Llega el Covid

Pero a finales de 2019 comenzó a propagarse desde China la pandemia de coronavirus y el mundo cambió. Con el fin de impedir la extensión del virus se aplicaron confinamientos, restricciones a los viajes y otras medidas de distanciamiento social, con las que se paró la actividad económica. Los gobiernos europeos apoyaron a la población afectada, sobre todo con ayudas para mantener el empleo. El BCE, que en ese momento estaba preparando el fin de las compras de deuda, decidió en marzo y junio de 2020 comprar más deuda de la zona del euro para apoyar el crecimiento económico y mejorar las condiciones de la liquidez a los bancos.

El comienzo no fue muy ágil y se recuerda la frase pronunciada el 12 de marzo de 2020, cuando Lagarde dijo que el BCE «no estaba aquí para reducir los diferenciales» de la deuda (primas de riesgo), declaraciones que matizó ese mismo día. Unos días después, el BCE anunció un programa de compra de 750.000 millones en deuda pública y privada para evitar la fragmentación de los mercados. «Épocas extraordinarias requieren una acción extraordinaria. No hay límites a nuestro compromiso con el euro», dijo Lagarde.

Putin invade Ucrania

Cuando parecía que el mundo dejaba atrás la pandemia y comenzaba la recuperación, Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022. Como consecuencia, se dispararon los precios de la energía y de los alimentos, que impulsaron la inflación hasta cotas no conocidas en las últimas décadas, a lo que contribuyeron también los cuellos de botella en la oferta y la recuperación de la demanda después de la pandemia.

Desde julio, el BCE ha subido sus tasas de interés en tres ocasiones consecutivas en un total de 2 puntos porcentuales para frenar la inflación. Y aún se avecinan más subidas, como reconoce la propia Lagarde. «Desde julio hemos incrementado los tipos en 200 puntos básicos, el mayor incremento en la historia del euro. Pero aún no hemos terminado», ha confirmado Lagarde en una entrevista publicada por el BCE este martes. La presidenta insiste en el mensaje que ofreció el pasado jueves de acometer las nuevas subidas de tipos «reunión a reunión», sin poner límites: «El destino es claro, y aún no hemos llegado allí. Tendremos más aumentos de tipos en el futuro», asegura Christine Lagarde, que sin embargo no ha ofrecido ningún dato concreto, dado en el entorno actual «altamente incierto», informa Efe.