Opinión

El fracaso de la COP27

Nada que hagamos en EE UU y la UE servirá: incluso si recortáramos nuestras emisiones a cero, si India y Africa no cooperan, las emisiones globales seguirán creciendo

La COP27 ha concluido en fracaso porque no podía concluir de ningún otro modo. A la postre, se buscan objetivos que son incompatibles entre sí. Primero, que el mundo reduzca sus emisiones de CO2 a partir de 2025; segundo, que los países en vías de desarrollo continúen creciendo; y tercero, que los países desarrollados no se empobrezcan mediante compensaciones a los países en vías de desarrollo. Pero, como digo, estos tres objetivos son irreconciliables: de hecho, conforman entre sí un trilema. Con la tecnología actualmente disponible, no podemos reducir las emisiones al tiempo que los países en vías de desarrollo prosperan sin pauperizar a los países desarrollados. O aceptamos mayores emisiones para que todos nos podamos enriquecer o, si es necesario reducir las emisiones globales, o bien los países en vías de desarrollo se mantienen sin desarrollarse o bien los países desarrollados deberán hacerles transferencias billonarias que arruinarán a sus ciudadanos. Y claro, nadie quiere ser el que se empobrezca pero todos quieren vender públicamente que se comprometen a reducir las emisiones globales. Un fiasco, vaya. Puesto que si todos no colaboran (o al menos los grandes países no lo hacen), de nada servirá todo este ejercicio.

Tengamos presente que las emisiones de CO2 de EEUU, la Unión Europea y Japón apenas ascienden a 8,4 gigatoneladas anuales, mientras que sólo las de China son de 11,9 gigatoneladas. De hecho, sólo entre el año 2000 y el 2021, las emisiones anuales de China han aumentado en 8,4 gigatoneladas, esto es, lo mismo que emiten en total EEUU, la UE y Japón. Y el problema ya no es sólo China: actualmente, la India y el continente africano emiten poco más de 2 gigatoneladas anuales. ¿Qué ocurrirá si, como es deseable, alcanzan niveles de desarrollo similares a los chinos? Pues que sus emisiones se dispararán. Nada que hagamos en EEUU y la UE servirá para contrarrestarlo: incluso si recortáramos a nuestras emisiones a cero, si India y Africa no cooperan, las emisiones globales seguirán creciendo. Y no cooperarán mientras no mejore la tecnología que les permita desarrollarse sin combustibles fósiles. Podemos hacer todas las cumbres que queramos hacer, pero ésa es la única realidad. No hay más.