Impuestos
El Gobierno aumenta la presión fiscal tres veces más que en el resto de países desarrollados
La presión tributaria se ha situado en el 38,4%, por 34,1% de la media de la OCDE. Los ingresos por cotizaciones a la Seguridad Social también superaron en más de 10 puntos a la media
El Gobierno de Pedro Sánchez continúa apretando la tuercas de la presión fiscal y ya ha situado a España como el sexto país europeo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en los que el peso de los impuestos en relación con la riqueza subió más en 2021, el año en que las economías se recuperaban de los efectos de la pandemia, presión que estiman seguirá creciendo durante este ejercicio y el que viene.
Así lo ha determinado en su informe anual sobre los ingresos fiscales publicado por esta organización, en el que explica que la presión fiscal de España registró uno de los mayores incrementos anuales, ya que la relación entre el peso de los impuestos y contribuciones a la Seguridad Social con el tamaño de la economía española se incrementó en 1,7 puntos porcentuales, frente al aumento de medio punto porcentual para el conjunto de las economías más desarrolladas. Eso significa que prácticamente triplicó el aumento tributario respecto al resto de países, situando la presión fiscal en el 38,4%, frente al 36,7% del año 2020, superando así la media del 34,1% en la OCDE, donde el peso de los impuestos aumentó desde el 33,6% correspondiente a 2020.
Este incremento supuso el sexto mayor entre los 36 países que integran la Organización en los últimos diez años y se elevó tanto en la proporción relativa de la carga impositiva como el crecimiento anual del pasado ejercicio. En ambos casos, España se situó por encima de la media de la OCDE y con la subida más pronunciada durante la última década, aunque la presión total aún está lejos de los niveles de países como Bélgica, Noruega o Francia, superiores al 40% y aún más del líder impositivo, Dinamarca (46,9%). Así, nuestro país está en el grupo de cabeza, con un alza de 7,1 puntos porcentuales si se comparan las cifras de 2010 y 2021, un incremento solo superado por Eslovaquia y Corea del Sur.
Desde el año 2000, la presión fiscal en España ha aumentado en 5,4 puntos porcentuales, pasando del 33% al 38,4% en 2021, por encima del incremento de 1,2 puntos porcentuales observado en promedio entre las economías de la OCDE, donde la relación impuestos/PIB era del 32,9% en el año 2000, frente al 34,1% de 2021.
Por otro lado, tomando como referencia el ejercicio 2020, la OCDE estima que el mayor peso en los ingresos fiscales de España correspondió a las cotizaciones de empresas y trabajadores a la Seguridad Social, con un 37,4%, frente a la media del 26,6% de la OCDE, mientras que los impuestos sobre la renta de las personas físicas supusieron el 23,7%, frente al 24,1% de media en la organización. En el caso del impuesto de Sociedades, el peso de este tributo en la recaudación fiscal de España fue del 5,3%, frente al 9% de media de la OCDE, mientras que la contribución de los impuestos sobre la propiedad en España representó el 6,7% de los ingresos, frente al 5,7% de la media en la OCDE. La aportación del IVA se situó en el 17,1% en España, por debajo del 20,2% de la organización internacional y el peso de los demás impuestos sobre el consumo fue del 9,6%, frente al 11,9% de la media de la OCDE.
De este modo, el informe destaca que la estructura impositiva española es diferente, ya que las cotizaciones sociales tenían una cuota más elevada que la media (37,4 %), mientras que el impuesto de Sociedades que pagan las empresas por sus beneficios tuvo un peso significativamente inferior (5,3 %).
Por otro lado, España es el undécimo país de los 38 que componen la OCDE en el que los impuestos al consumo tienen menos peso respecto al total de impuestos que se recaudan. En concreto, supusieron en España el 24,5% del total de impuestos recaudados en 2020, último año con datos disponibles. Esto supone una caída de 2,2 puntos porcentuales respecto a 2019. Este abultado cambio se debe en parte al impacto de la pandemia. El país en el que menos peso tienen los impuestos al consumo sobre el total de la recaudación fue Estados Unidos, con un 15%. Por detrás se situaron Suiza (17,2%), Japón (19,4%) y Canadá (20,2%). Si se tiene en cuenta el peso que tienen los impuestos sobre el consumo respecto al total del producto interior bruto (PIB), España se sitúa como el duodécimo país en el que menor peso tienen, con un 9%, por delante de Luxemburgo (8,5%), Colombia (7,6%) o Canadá (6,9%). La media de la OCDE es del 9,9%. Si se tiene en cuenta solamente el IVA, en España supuso en 2020 el 17,1% del total de ingresos tributarios, frente a un 20,2% de media en la OCDE. El país en el que menos porcentaje de la recaudación supone este gravamen es Australia (12,4%),
En la gran mayoría de los países, 24 de los 36 de la OCDE para los que hay datos de 2021, la carga fiscal subió a medida que los países se recuperaban del choque económico inducido por la pandemia. Por ello, la media del bloque progresó seis décimas en 2021, hasta situarse en el 34,1%. En términos nominales, la carga fiscal de 2021 creció un 12,8% respecto a 2020, mientras que el PIB de la OCDE mejoró en un 10,5%.
Según explica el Organismo en su informe, la “prioridad” de los gobiernos en política fiscal fue apoyar la recuperación económica, “estimulando el crecimiento y la inversión”, especialmente en materia de “economía verde”. Los economistas de la OCDE atribuyen el aumento de la recaudación fiscal, sobre todo, al “rebote” en los ingresos por el IVA y los impuestos a las sociedades (aumentaron 0,5 y 0,4 puntos porcentuales respectivamente), tras la pandemia.
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