Relaciones internacionales
Alemania abre la puerta a crear una ministerio de Finanzas europeo
La canciller alemana aseguró que, a la larga, el proteccionismo de Trump es perjudicial
La canciller alemana aseguró que, a la larga, el proteccionismo de Trump es perjudicial.
Algo está cambiando en Berlín. Angela Merkel aseguró ayer estar dispuesta a considerar un gobierno económico y hasta un ministro de Finanzas europeo. Una de las «líneas rojas» que desde siempre, y alentada por su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha defendido con más ahínco y que deja claro no solo la cercanía de las elecciones, sino el nuevo rumbo que podría tomar Europa con la llegada del presidente francés, Emmanuel Macron. «Por supuesto que se puede pensar en un ministro de Finanzas común siempre y cuando las condiciones sean las adecuadas», aseguró la canciller en un discurso pronunciado ante la asamblea anual de la Confederación de la Industria de Alemania, aunque no sin antes reseñar que se tendrán que tener en cuenta los riesgos o la responsabilidad de la deuda. «También consideraríamos un presupuesto de la zona euro si queda claro que realmente estaríamos reforzando la estructura de la economía y haciendo cosas razonables», añadió la canciller.
Merkel agregó que se podría «imaginar muy bien un gobierno económico» ya que no existen grandes diferencias entre las economías de los 19 países miembros de la eurozona aunque matizó que habría que tomar ejemplo de aquellos modelos que más han servido para la creación de empleo. Unas palabras que difieren del mensaje habitual que desde hace años se dicta desde Berlín y con las que Merkel trata de igualar su posición con el lanzado desde Bruselas.
A pesar de que sólo el 49% de los alemanes, según una reciente encuesta, ve con buenos ojos la creación de un ministro de Finanzas, la mandataria no puede obviar que Macron, que acaba de conseguir una nueva victoria en las legislativas, abogó desde su campaña electoral por una reforma de la zona euro, esencial, según él, para frenar la emergencia de los populismos, e insistió en la idea de un ministro de Finanzas y de un presupuesto para los países de la zona euro. O que el pasado sábado, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, pidió que Alemania no se opusiera a las peticiones galas. Todo apunta a que ahora Berlín y París presenten una misma hoja de ruta.
Merkel defendió las ventajas del mercado libre frente a las tentaciones del proteccionismo. «Puede ser que a corto plazo el proteccionismo le ayude un poco a empresas locales, pero a largo plazo perjudica» y añadió que «hay que explicar una y otra vez las ventajas del mercado libre, defender nuestros estándares. Por eso la defensa del mercado libre es una parte clave de nuestra presidencia del G20», en alusión al papel de Alemania en este año al frente del grupo de las grandes potencias y países emergentes. En ese contexto, la canciller se manifestó partidaria de no dar por fracasado el proceso de negociación para el acuerdo entre la UE y Estados Unidos (TTIP) pese a que admitió que lograr progresos con la actual administración estadounidense no será fácil.
Otro de los temas abordados por Merkel en su discurso fue el cambio climático y el acuerdo de París. La canciller lamentó la decisión de Washington de abandonarlo lo que, dijo, no es sin embargo motivo para ponerlo en duda.
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