Europa

Bruselas

Alemania, nuevo cliente «vip» de España

El tirón exportador convierte a Berlín en el segundo comprador de bienes españoles. Uno de cada diez euros exportados va a parar al país germano

La Razón
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Si a Alemania le va bien, a España también. Ésta es la tesis que sostiene el Gobierno, que esta semana ha salido en defensa de las boyantes exportaciones germanas. Tras el tirón de orejas de Bruselas a Berlín a cuenta del abultado superávit exterior alemán y su poca predisposición a gastar parte del mismo para apuntalar la titubeante recuperación europea, el ministro de Economía y Competitividad español, Luis de Guindos, le ha echado un capote a la canciller teutona, Angela Merkel, porque, asegura, «el auge de las exportaciones alemanas ayuda a la recuperación de España». Mientras que la UE cree que el abrumador éxito exportador de Alemania contribuye al estancamiento del resto de Europa –sobre todo de las economías periféricas– porque no sirve para incentivar su consumo nacional, desde el Ejecutivo de Mariano Rajoy sostienen que «la principal ayuda que puede recibir España de Alemania en estos momentos es que se mantenga el ritmo de sus exportaciones».

Argumentan desde Economía que buena parte de las ventas germanas en el exterior derivan a su vez de exportaciones españolas hacia la locomotora de Europa. Así, las piezas de automóviles, maquinaria o productos químicos que las empresas alemanas necesitan para crear otros productos que luego exportarán al extranjero son suministradas por compañías españolas. Ese papel de suministrador de componentes de nuestro país provoca que, cuanto mejor se comporten las exportaciones alemanas y su economía en general, más empleo y riqueza se genera en España en esa industria auxiliar.

Según los datos que manejan las Cámaras de Comercio españolas, lo que Alemania demanda a España principalmente son componentes y accesorios metálicos, plásticos y de caucho para sus automóviles y electrodomésticos, frutas, hortalizas y todo tipo de productos textiles. El sector del automóvil es un buen ejemplo de esa simbiosis entre las exportaciones de ambos países. La industria de componentes de nuestro país exportó en 2012 artículos por un valor total de 10.589 millones de euros. Según datos del ICEX, lo vendido a Alemania ascendió a 3.274 millones de euros, es decir, casi un 30% del total, siendo el segundo producto más exportado. Sólo las ventas de vehículos de transporte, que sumaron 4.659 millones, superaron a las de componentes para ese sector. Las ventas de estos vehículos también pueden considerarse como una consecuencia de la buena marcha de las exportaciones germanas pues, a la postre, sirven en parte para transportar las piezas para fabricar bienes. Muy notable fue también el monto de los productos químicos exportados, que ascendió a 2.611 millones de euros, y de los siderúrgicos –1.125 millones–. En el ránking también ocupan lugares destacados otra serie de bienes que sirven a las compañías germanas para fabricar sus mercancías, como maquinaria y material eléctrico –932 millones de euros–, productos semielaborados metálicos no ferrosos –567 millones–, ferretería –271 millones– y equipos de manipulación de fluidos –194 millones–.

El papel de Alemania como consumidor de productos españoles de todo tipo no es ni mucho menos baladí. Según los últimos datos de la Secretaría de Estado de Comercio, Berlín es un cliente «VIP» para España. Sólo entre enero y septiembre de este año, España exportó mercancías a Alemania por valor de 17.617 millones de euros. Esta cifra convierte al país germano en el segundo mayor comprador de mercancías españolas, sólo por detrás de Francia. Teniendo en cuenta que las exportaciones totales de España en estos nueve meses ascendieron a 175.143 millones, esto significa que uno de cada diez euros que nuestro país vendió en el extranjero correspondieron a Alemania. De hecho, las exportaciones al país germano han crecido un 2,9% en lo que va de año.