Bruselas

Alemania, Suecia y Gran Bretaña bloquean la unión bancaria

Se niegan a entregar a la CE las entidades financieras en liquidación

Foto de familia de los ministros de Economía y Finanzas europeos en Vila
Foto de familia de los ministros de Economía y Finanzas europeos en Vilalarazon

Cinco años después de la caída de Lehman Brothers, que abrió la espita de la crisis, la UE sigue con dificultades para poner orden en su sector bancario.

Cinco años después de la caída de Lehman Brothers, que abrió la espita de la crisis, la UE sigue con dificultades para poner orden en su sector bancario. En los últimos tres años, el Viejo Continente ha puesto en pie una estructura novedosa para enmarcar al sector financiero abandonando el ultraliberalismo que imperó desde los años 90. Sin embargo, el elemento más importante de la unión económica y monetaria, la unión bancaria, se ha encontrado con un escollo por ahora insuperable: la gestión de las quiebras bancarias. Alemania, Reino Unido y Suecia se oponen abiertamente a dar poder a la Comisión en esta cuestión.

Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, reunidos ayer en Vilna por invitación de la Presidencia lituana de la UE, exhibieron ayer sus diferencias sobre la propuesta de la Comisión Europea de que sea ella la responsable de coordinar la reestructuración y la liquidación de los bancos en problemas de la zona del euro. El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, autor de la propuesta, lo reconoció sin paliativos. «Soy muy pragmático. Muchos ministros dicen que por qué dar este rol a la Comisión. Yo estoy dispuesto a trabajar en otra idea si me dan una mejor», advirtió. El comisario recordó que la unión bancaria en la zona del euro trata de solucionar los problemas y las ineficacias detectadas durante la crisis financiera. «La principal conclusión (del Ecofin) fue que la cuestión de los mercados financieros es demasiado amplia y no se limita sólo a su reparación, sino que también debe incluir reestructurar, construir y expandir los mercados de capitales», afirmó el ministro de Finanzas lituano, Rimantas Sadzius.

Suecia, que ha decidido no unirse en este tema a los países del euro, tampoco respaldará la propuesta para los socios de la moneda única. El ministro sueco del ramo, Anders Borg, recalcó que «es un poco difícil tener una Comisión que es a la vez responsable de las decisiones sobre ayudas de Estado y de la reestructuración». Ello podría llevar incluso a un «conflicto de intereses», aseguró. «Aunque Suecia no será parte de la unión bancaria en un futuro próximo, junto a Reino Unido y Alemania hemos planteado ciertos problemas por la base legal y el rol de la Comisión», recalcó.

El titular español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, dio cuenta también de la división y reclamó buscar soluciones intermedias. «La propuesta de la Comisión no genera el suficiente consenso, por decirlo de forma clara y suave», por lo que hay que «buscar un compromiso, que puede ser pasar por periodos transitorios, para llegar a una solución». Berlín pide precisamente crear una red de autoridades y fondos de resolución nacionales y esperar a una reforma del tratado para llegar a una autoridad única.

«El peor escenario para nosotros, desde el punto de vista de la percepción de los avances en la unión bancaria, sería que se mantuviera esta división en los planteamientos de los países», dijo el ministro de Economía.

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, no quiso dramatizar. «Estamos cumpliendo el calendario. Estaba planeado que la propuesta saliera este verano y salió, y está planeado que terminemos esta discusión a finales de este año, y la terminaremos», manifestó.

Pero no toda la unión bancaria está congelada. La pasada semana el Parlamento Europeo dio su visto bueno al nuevo sistema de supervisión bancaria, que debería poner bajo el control directo del BCE a cerca de 150 grandes entidades financieras a partir de septiembre de 2014 si los gobiernos lo aprueban.