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Arabia confía en España para terminar a tiempo el AVE del desierto

Las firmas españolas mantienen los plazos pese al retraso del consorcio chino. Buscan contratos por otros 65.000 millones

Ana Pastor en las proximidades de la localidad de Jeddah donde se ejecutan las obras del proyecto del tren de alta velocidad que unirá La Meca con la ciudad de Medina
Ana Pastor en las proximidades de la localidad de Jeddah donde se ejecutan las obras del proyecto del tren de alta velocidad que unirá La Meca con la ciudad de Medinalarazon

Cuesta mucho labrarse una buena reputación y muy poco perderla. El sector español de la construcción ha tardado décadas en convertirse en referencia mundial, pero el reciente contencioso del Canal de Panamá ha dado pie a que sus competidores aireen acusaciones sobre su competencia para sacar adelante grandes proyectos. Recelos que, sin embargo, no han llegado a Arabia Saudí.

El consorcio español que trabaja en la construcción de la línea de alta velocidad ferroviaria entre Medina y La Meca, conocido como AVE del desierto, es precisamente la baza con la que cuentan las autoridades del país para terminar la infraestructura en plazos pese a los retrasos del consorcio chino, otro de los contratistas involucrados en la construcción de la línea.

El conglomerado asiático está encargado de construir la plataforma sobre la que se asientan las vías por las que circularán los trenes, mientras que el consorcio español, Al-Shoula, en el que participan doce compañías nacionales, es el encargado de tender la vía, instalar la catenaria y todos los equipos electrónicos –que comprenden desde las señales hasta la seguridad–, el suministro del material rodante y el mantenimiento de toda la línea durante un periodo inicial de hasta 17 años.

Sin embargo, los trabajos de las compañías chinas van con retraso y, por ahora, de los 450 kilómetros que componen el corredor, sólo han entregado 100 el 27 de abril del pasado año. No obstante, como explicó ayer en su visita a las obras la ministra de Fomento, Ana Pastor, las compañías españolas están cumpliendo «con los compromisos adquiridos» y las obras se mantienen en los plazos de finalización establecidos, con fecha de entrega para diciembre de 2016. Ello se debe, según fuentes del consorcio, a que Arabia Saudí confía en que, dada su experiencia, el contratista español pueda compensar el tiempo perdido, para lo que se están estudiando soluciones que van por el buen camino. Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL, una de las firmas integrantes del consorcio y que ayer acompañó a Pastor en un viaje al que fueron invitados por el ministro de Transportes saudí, Jubahar bin Eid Al-Suraiseri, aseguró que «tenemos tiempo suficiente para cumplir con los plazos, aunque si los chinos se retrasan más, se podría retrasar el final de los trabajos».

Lo que no están suponiendo estas demoras es sobrecostes para el consorcio español. «El contrato admite una desviación del 10%, pero por el momento, no tenemos sobrecostes», aseguraron fuentes del consorcio, que añadieron que las obras se pagan «religiosamente» con certificados mensuales .

Al responsable de OHL parece preocuparle más el estado de la plataforma que han entregado los chinos al consorcio español que los retrasos acumulados. A pesar de que desde Ineco –compañía de ingeniería estatal española presente en el proyecto– se asegura que la calidad de los trabajos de los asiáticos es buena, Villar Mir manifestó que están encontrando «defectos de construcción que tenemos que ir salvando». Algo que no es nuevo y que se está logrando dado que, destacó, las empresas españolas tienen «una gran experiencia en construcción de líneas de alta velocidad».

La buena ejecución de la línea Meca-Medina, presupuestada en 6.736 millones de euros, es crucial para que las compañías españolas se posicionen de cara a los grandes proyectos ferroviarios que Arabia Saudí desarrollará en los próximos años y sigan así diversificando su cartera en el exterior.

Como explicó Pastor, el país árabe tiene previsto construir sendas líneas de Metro en Medina y Jeddah, una línea convencional de más de 700 kilómetros para conectar el norte y el sur del país y otra de este a oeste para unir el Golfo Pérsico con el Mar Rojo. Aunque la ministra no habló de cifras, tanto el secretario de Estado, Rafael Catala, como el responsable del consorcio, Pablo Vázquez, hablaron de una cifra próxima a los 65.000 millones de euros para los próximos diez años.

Con el parón de la obra pública en España, las compañías han volcado su actividad en el mercado exterior, donde facturan ya más de la mitad de sus ventas. En 2013, lograron contratos por valor de 40.000 millones, cifra histórica, según anunció Pastor.

La delegación que acompaña a Pastor

Las empresas hacen piña con el Gobierno

Mes y medio lleva bajo la lupa el sector de las infraestructuras español. Los problemas de Sacyr en Panamá han dado munición a sus competidores para cuestionar su trabajo. Por eso, la visita de Ana Pastor a Arabia Saudí para ver las obras de la línea entre Medina y La Meca ha cobrado carácter de cierre de filas y apoyo a las compañías de construcción e ingeniería españolas. «España es líder mundial en infraestructuras ferroviarias porque tiene las mejores tecnologías, ingenieros y profesionales», repitió ayer la ministra. El carácter de espaldarazo al sector que tiene el viaje quedó confirmado con la lista de acompañantes de Pastor: el secretario de Estado, Rafael Catalá; el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar; el de Adif, Gonzalo Ferre; el de OHL, Juan Miguel Villar Mir, y el de Consultrans, Julián García Valverde. A la comitiva se unirá hoy en Riad el consejero delegado de FCC, Juan Béjar, que se ha adjudicado la construcción del metro de Riad.