Talgo

Arabia Saudí empieza a pagar sobrecostes del AVE a La Meca

Riad ha abonado ya reclamaciones que considera razonables, como la cochera para proteger los trenes de Talgo en el desierto

Talgo ya ha enviado el primer tren de la línea a Arabia Saudí
Talgo ya ha enviado el primer tren de la línea a Arabia Saudílarazon

Riad ha abonado ya reclamaciones que considera razonables, como la cochera para proteger los trenes de Talgo en el desierto

Además de conceder una prórroga de 14 meses para finalizar los trabajos y de comprometerse a pagar los atrasos pendientes, la Organización Saudí de Ferrocarriles –SRO, por sus siglas en inglés– ha empezado ya a atender la tercera de las grandes reclamaciones hecha por el consorcio español Al Shoula que construye el AVE entre Medina y La Meca, los sobrecostes. Según han confirmado a LA RAZÓN fuentes del consorcio, «Arabia Saudí ha comenzado a reconocer los sobrecostes que considera razonables y a abonárselos a las empresas». Las reclamaciones se están tratando «día a día», añaden las mismas fuentes, que explican que este es el motivo por el que resulta prácticamente imposible ofrecer una cifra global de los costes extra en que está incurriendo el proyecto y la razón por la que no se repetirá el problema del Canal de Panamá. «Aquí no va a ser necesario recurrir a ningún tribunal de arbitraje que resuelva los conflictos, como ha ocurrido con el Canal de Panamá, porque los sobrecostes no se están acumulando sino que se van gestionando a diario», explican los consultados.

El precedente panameño

Los trabajos de la vía oceánica que une el Atlántico con el Pacífico, que están próximos a su finalización, están pendientes de los tribunales de arbitraje debido al desacuerdo existente entre la Autoridad del Canal de Panamá y el GUPC, el consorcio encargado de las obras de ampliación y del que forma parte la constructora española Sacyr. El GUPC reclama en este momento unos costes extra de 3.481 millones de dólares –3.220 millones de euros–, cerca del doble de la cantidad de 1.625 millones de dólares que reclamaba hace dos años, cuando se paralizó la obra. La junta de resolución de conflictos –DAB o Dispute Adjudication Board por sus siglas en inglés–, el organismo designado por las partes para resolver estas disputas, ha resuelto nueve conflictos, de los cuales en cinco ha dado la razón al consorcio constructor y en otros cuatro a la Autoridad del Canal. No obstante, el consorcio de Sacyr sólo ha logrado que se le reconozcan sobrecostes por valor de 283,3 millones de dólares frente a los 803 millones que reclamaba en los cinco contenciosos en las que el DAB le ha dado la razón.

El proyecto del AVE a La Meca se ha visto afectado por diversas circunstancias que han convertido en insuficiente el presupuesto inicial de 6.736 millones de euros con el que Al Shoula ganó el contrato. En diciembre de 2015, a petición de la SRO, Talgo envió a Arabia Saudí la primera unidad del convoy que cubrirá la línea. Para resguardarlo del duro clima saudí, Renfe hubo de construir una cochera por valor de 20 millones de euros que no estaba contemplada y que se cuenta entre los costes extra ya pagados, según las fuentes. Tampoco estaba previsto que los talleres de La Meca costaran 100 millones de euros ni que Renfe tuviera que encargarse de explotar las estaciones de La Meca, Yeda, Medina y KAEC –King Abdulah Economic City–.

De los sobrecostes que puedan recuperar dependerá en buena medida el margen de beneficio que puedan lograr algunas de las compañías implicadas en el proyecto. A otras como a Talgo, encargada del suministro del material rodante, este tipo de conflictos no les afecta dado que el precio de los trenes está cerrado desde el primer momento.

Con el comienzo del pago de los sobrecostes, la prórroga para finalizar las obras y el compromiso de Arabia de ponerse al día en los pagos, la calma ha vuelto, al menos de momento, al seno del consorcio. Las fuentes consultadas aseguran que el factor que más ha contribuido a calmar la situación ha sido la prolongación del plazo de ejecución del proyecto hasta la primavera de 2018. El consorcio consideraba que era imposible finalizar las obras en el plazo antes previsto, a comienzos de 2017, sin incurrir en mayores sobrecostes para la contratación de personal y maquinaria extra.

Retraso

Las empresas consideraban que sólo así era posible recuperar el retraso que acumulaban los obras por el dudoso desempeño del otro consorcio implicado en el proyecto. La primera fase de los trabajos, la construcción de la plataforma sobre la que se tienden la vía y la catenaria, está a cargo de un conglomerado chino-francés que ha ido entregando fuera de plazo los sucesivos tramos al consorcio español. Al Shoula se comprometió a enjugar este desfase en febrero de 2014, tras la visita a las obras de la ministra de Fomento, Ana Pastor. Sin embargo, los retrasos se han seguido acumulando por los lentos progresos en los trabajos del consorcio chino-saudí.

Pese a estos problemas, el consorcio asegura que los trabajos avanzan a buen ritmo. José Luis Saravia, presidente de Copasa, una de las constructoras de Al Shoula, calculó a principios de semana que las obras presentan ahora un grado de ejecución de entre el 70% y el 75%.

El petróleo tensiona las arcas saudíes

Aunque Arabia no ha dado explicaciones sobre los problemas con los pagos, es un hecho que el desplome del precio del petróleo ha causado importantes tensiones de tesorería al país. El año pasado cerró con un déficit de 89.000 millones, lo que le obligó a acometer recortes, también en infraestructuras. Recientemente, ha aprobado el plan «Visión 2030» para reducir su dependencia del petróleo.