Comercio

Aranceles contra China: la amenaza de Biden que puede empobrecer a sus propios ciudadanos

EE UU busca frenar el desarrollo económico de China para que no le dispute la hegemonía geopolítica global

El presidente Joe Biden anunció este martes que se volverá a presentar en 2024
El presidente de Estados Unidos, Joe BidenAlex BrandonAgencia AP

El presidente de los EE UU, Joe Biden, amenaza con imponer un arancel del 100% a la importación de los vehículos eléctricos de China . El último en adoptar una medida similar fue Donald Trump en 2019, cuando castigó su compra con un recargo del 25%: ahora Biden quiere cuadruplicar esa barrera proteccionista. Pero, ¿cuál es exactamente la lógica de hacerlo? Nuestras élites políticas nos fuerzan a ejecutar una transición energética carísima que amenaza con reducir de manera muy agresiva nuestro bienestar potencial y cuando una economía, como la china, nos ofrece medios más baratos para ejecutarla, esos mismos políticos nacionales que nos fuerzan a implantarla deciden al mismo tiempo encarecer de manera artificial las importaciones con las que podríamos abaratar su factura. El argumento se fundamenta en la necesidad de proteger algunos sectores nacionales como el automovilístico, pero al multiplicar los costes de la transición energética están, en realidad, desprotegiendo a todos los demás sectores.

Por ejemplo, imaginemos que se establece un arancel del 100% sobre la importación de acero: en ese caso, se estará protegiendo a la industria siderúrgica nacional de la competencia extranjera, pero a costa de volver mucho menos competitiva la industria nacional del automóvil. Pues aquí sucede lo mismo: encarecer la importación de coches eléctricos (y en el futuro de camiones eléctricos) reduce la renta disponible de los estadounidenses y empobrece consecuentemente a otros los otros sectores no amparados en los aranceles. En el fondo, no hay que buscar una lógica económica a esta medida, sino más bien geopolítica: el gobierno de EE UU busca frenar el desarrollo económico de China para que no le dispute la hegemonía geopolítica global. Y está dispuesto a hacerlo aun a costa de empobrecer a sus propios ciudadanos… siempre que empobrezca más a los de China. A diferencia de lo que ocurre con las relaciones dentro del mercado, las relaciones políticas son un juego de suma cero: para que gane uno ha de perder el otro e incluso uno puede ganar cuando pierde menos que el otro. Y la élite política estadounidense no quiere perder frente a la china.