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CC OO torpedea el plan de Nissan para crear 4.000 empleos en Barcelona

No acepta un tope salarial de 29.000 euros y pone en riesgo hasta el futuro de la factoría

La Razón
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Unos 4.000 puestos de trabajo y l.300 millones de inversión están a punto de malograrse por la negativa de CC OO a firmar en nuevo convenio de Nissan en la planta de Barcelona. A pesar de que la empresa ha mejorado su postura, elevando la escala salarial máxima de 25.900 a 29.000 euros, no se ha conseguido la firma de los sindicatos. Lo sorprendente es que las desavenencias no se han producido por los salarios de los empleados actuales, que no han sido reducidos o cambiados, a pesar de estar un 30% por encima de la media del sector. Lo que se discute es el nivel máximo de los futuros nuevos contratos.

Al parecer, existe un problema de personalismos. UGT, USO y CGT están de acuerdo con la oferta, e incluso CC OO, pero nadie quiere ser el primero en firmar. Una situación tan extraña que John Martin, vicepresidente de Producción de Nissan para Europa, y quien decide en qué planta se fabricarán los nuevos modelos, afirmaba ayer: «Confieso que nunca he vivido una situación parecida». Y añadía: «No estoy dispuesto a jugar a este juego».

A partir de ahora la factoría de Barcelona tendrá un paro técnico por vacaciones de dos semanas y es entonces cuando se tomará la decisión definitiva.

En juego el futuro de la planta

En el caso de que el acuerdo que actualmente está siendo bloqueado por CC OO no prospere, la fábrica catalana perderá la oportunidad de fabricar un nuevo modelo de turismo compacto del segmento C, el más competitivo del mercado, con una producción de hasta 80.000 unidades/año a partir de 2014. En ese momento, terminaría la producción del modelo todo terreno Patfinder y sobrarían unos 7.500 empleos, 4.000 fijos y 3.500 eventuales. En caso de acuerdo, la empresa ofrece realizar una inversión de 130 millones de euros, 1.000 nuevos contratos fijos en la planta y unos 3.000 más en la industria auxiliar.

La postura sindical pone en peligro esta decisión empresarial hasta el punto de que John Martin declaró ayer, al final de su intervención, que la planta de Barcelona podría perder este proyecto y que «dejo España profundamente decepcionado».