La crisis del euro

El BCE amenaza con cortar el grifo a Chipre

Si la isla no consigue 5.800 millones, la institución podría cortar el acceso de la banca chipriota al crédito. Los bancos del país seguirán cerrados previsiblemente al menos hasta el próximo martes

Aunque los bancos estaban cerrados, los cajeros automáticos seguían funcionando ayer
Aunque los bancos estaban cerrados, los cajeros automáticos seguían funcionando ayerlarazon

Con el Banco Central Europeo no se juega. Desde Fráncfort, el rechazo unánime del parlamento chipriota a las condiciones del rescate huele a chantaje y el organismo que dirige Mario Draghi no piensa dejarse. Tanto en un comunicado nocturno el martes, como a través de las palabras del miembro alemán del consejo de gobierno del BCE, Jörg Asmussen, ayer, la entidad emisora advirtió de que si no se llega a un acuerdo con el gobierno de Nicos Anastesiadis, podría cortarle el grifo de crédito a los bancos chipriotas, poniendo así al país al borde de la quiebra.

En unas declaraciones al semanario «Die Zeit», Asmussen recuerda que el BCE «sólo puede garantizar la liquidez a bancos solventes», algo que no se cumple en este caso si no llegan los 10.000 millones de euros del rescate, y para eso, la isla mediterránea tiene que aceptar la condición de que su deuda tenga un horizonte sostenible a largo plazo y consiga 5.800 millones de euros propios.

Por el momento, se mantiene la incertidumbre y se apunta a que los bancos podrían seguir cerrados en la isla hasta el martes de la próxima semana, aprovechando que el lunes de nuevo es fiesta. Ello dejaría cierto margen al Gobierno chipriota, que ahora tiene la pelota en su tejado.

Sin embargo, según un análisis del «think tank» británico Open Europe, los bancos chipriotas no pueden permanecer cerrados por mucho tiempo, ya que el comercio y las empresas necesitan acceder a sus cuentas para funcionar, pero tampoco pueden abrir hasta que haya una solución. Lo contrario sería alimentar una más que segura huida de capitales, que Nicosia quiere evitar a toda costa.

Por su parte, el caos generado desde el pasado fin de semana ha servido para que la CE, que ha aparecido como una de las culpables de lo ocurrido, haya decidido poner tierra de por medio.

Tras el «no» del parlamento chipriota, la Comisión Europea reclamó ayer a Nicosia que presente soluciones «alternativas». «Ahora las autoridades chipriotas deben presentar un modelo alternativo respetando los criterios de sostenibilidad de la deuda y los parámetros de financiación correspondientes», señala una declaración conjunta emitida por el Colegio de Comisarios.

«Es la responsabilidad de las autoridades chipriotas y ellas son quienes tienen que decidir», indica Bruselas, que se mantiene, sin embargo, en la necesidad de cumplir el mandato del Eurogrupo de lograr 5.800 millones de euros en total, independientemente de la vía para conseguirlos.

El mensaje oficial del Ejecutivo comunitario plantea que el acuerdo alcanzado el sábado pasado, que incluía una tasa sobre los depósitos del 6,76% para los depósitos de menos de 100.000 euros y de 9,9% para aquellos superiores a esa cifra, era «un programa que cumplía las condiciones de los Estados Miembros, el BCE y el FMI a cambio de prestarle 10.000 millones de euros, que incluían llegar a un nivel de sostenibilidad de la deuda».

Sin embargo, Bruselas quiere dejar claro que «este programa no correspondía a la propuesta de la Comisión» de origen (que no incluía una tasa sobre los depósitos), pero se sintió obligada a «apoyarlo porque las alternativas planteadas eran más arriesgadas y de menos apoyo a la economía chipriota».

En este sentido, el comisario encargado de Relaciones Institucionales, Maros Sefcovic, (que compareció en el Parlamento Europeo en nombre del presidente, José Manuel Durao Barroso, que viajó ayer a Rusia), dijo que el Ejecutivo comunitario no quiere «ser criticado en nombre del Eurogrupo y el FMI». Bruselas insiste así en que sus técnicos avisaron el pasado viernes de que sería preferible una solución que protegiera a los pequeños ahorradores.

«La alternativa a esta situación es la bancarrota del país y pérdidas financieras para los ciudadanos chipriotas», avisó. «Queremos evitarla y queremos contribuir a la solución», destacó, pero para ello es necesaria «la colaboración de las autoridades chipriotas».

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dijo estar «muy preocupado» por este caso y pidió una solución «lo antes posible». «La actual situación de gran inestabilidad en Chipre es perjudicial, especialmente para los ciudadanos chipriotas, y debe resolverse lo antes posible», manifestó.

La zona euro, aseguró, sigue «dispuesta a ayudar a Chipre con 10.000 millones de euros», pero el principal objetivo es garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sector financiero en Chipre e impedir que las deudas bancarias se conviertan en deuda pública excesiva».

La iglesia ortodoxa acude al rescate del país

La iglesia ortodoxa de Chipre se ha mostrado dispuesta a hipotecar todos sus bienes e invertir el equivalente en bonos para apoyar a la economía del país, tal y como aseguró el arzobispo del país, Chrysostomos II, tras su reunión con el presidente de la república, Nikos Anastasiadis. En declaraciones a la Prensa después de su encuentro, que duró aproximadamente media hora, Chrysostomos II explicó que había sugerido al presidente que hiciera una emisión de bonos, un esfuerzo que recibirá el apoyo «del pueblo que ama este país». En este sentido, recalcó que todas las propiedades de la iglesia están disponibles para apoyar al pueblo, evitar el colapso del sistema bancario y poder mantener el país en pie. Asimismo, confió en que la situación que atraviesa el país sea manejable y aseguró que vio al presidente «despierto».