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Crecimiento económico

El fruto de las reformas

Miguel Ángel Bernal
Miguel Ángel Bernallarazon

Esta crisis sólo terminará el día en el que el desempleo se reduzca hasta niveles acordes con los países europeos como Alemania. Es el auténtico drama de esta crisis, la fuente principal de la desigualdad. Noviembre es un mes malo para el empleo pero, en esta ocasión, nos deja un dulce sabor de boca. Hemos conseguimos que, por fin, desde que comenzó la crisis, noviembre cierre con menos parados.

Lo que ahora vemos es el fruto de la reforma laboral, aquella que fue tildada de desastrosa por algunos, pero que hoy nos muestra la conveniencia de llevarla a cabo. Con actividad vemos como el desempleo baja y ahí está la bondad, lo que hemos conseguido. Sí, ya lo sé, el empleo que se crea es mucho más precario del que todos quisiéramos pero es que, hasta que no baje la tasa de paro, será imposible hablar de calidad. Todo en esta vida tiene una prioridad y la de ahora mismo no es otra que rebajar las dramáticas cifras de desempleo.

Pero con casi 4,5 millones de parados no podemos dejar lugar para la complacencia. El mercado laboral debe seguir con sus reformas. El contrato único, la equiparación del mismo estatus del hombre y la mujer ante iguales responsabilidades, el debate abierto y sin miedo de modelos como el de la ‘mochila austriaca’, y que un servicio de estudios como el de BBVA se ha atrevido a debatir, un programa de empleo activo con caída de los costes fiscales para los parados de larga duración y que tienen ya más de 45 años, son algunas medidas inaplazables. También necesitamos una formación que potencie la FP dual y minijobs para los jóvenes, aunque no sea la mejor solución.

También hay buenas noticias en la Seguridad Social. Por fin tenemos más cotizantes que aliviarán algo la difícil situación de las pensiones. Pero, como ocurre con el mercado laboral, necesitamos mucho más. Lo que está en entredicho no es el sostenimiento de las pensiones, sino la suficiencia de las mismas cuando miramos a más de quince años.

Los datos publicados deben ser el aliciente para continuar en esta senda. Los ajustes siempre son duros, los recibimos con miedo e incertidumbre, pero en este caso son más que necesarios.