Finanzas
El ladrillo da un «balón de oxígeno» a la morosidad
El número de créditos impagados se modera empujado por los descensos superiores al 17% que registran sociedades innmobiliarias y constructoras. La tendencia a la baja continuará en los próximos meses.
El «boom» inmobiliario ha dejado un legado envenenado. Aunque, poco a poco, el sector tímidamente sale del «agujero», lo cierto es que las miles de grúas que se quedaron paradas con el estallido de la «burbuja» han dejado una importante rémora, especialmente para las entidades financieras. El desenfreno de la década pasada ha llevado a la banca a tener que remar contracorriente, sabiendo que llevan un lastre incorporado de difícil solución.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Y es que la mejoría de la situación económica va, progresivamente, reduciendo esta carga. El saldo de los créditos morosos ascendió el pasado mes de febrero a 113.739 millones de euros, lo que supone un descenso del 15,70% en relación al mismo mes del años anterior. De esta forma, la morosidad de las entidades financieras cumple 30 meses consecutivos de descensos, situándose en el 9,14%, unos niveles desconocidos desde 2011, tal y como recoge el último «Boletín Trimestral de Morosidad» elaborado por Axesor. Detrás de este «respiro» de la morosidad, se encuentra, según el análisis de la agencia de «rating», la importante reducción de los préstamos impagados de sociedades ligadas al «ladrillo», lo que pone de manifiesto el importante peso que este sector tiene sobre la economía española.
Así, los créditos morosos de las sociedades inmobiliarias y constructoras se situaron en el cuarto trimestre de 2016 en 41.562 millones de euros, lo que supone un descenso del 17,20% en relación al mismo periodo del año anterior, inercia que, a su juicio, continuará en los próximo meses. «El crédito moroso de las sociedades ligadas al sector constructor e inmobiliario es el principal impulsor de los descensos en la morosidad total, ya que éste ha sido el segmento en el que más se incrementó la morosidad durante la crisis y, ahora, es el que experimenta un mayor ajuste. Nuestras proyecciones indican que la morosidad de las constructoras e inmobiliarias continuará descendiendo a una tasa de dos dígitos durante el primer semestre del año», señala el informe. Estos datos sitúan la ratio de morosidad de las sociedades ligadas al «ladrillo» en el 26,36%, lo que representa un descenso del 6,25% sobre el dato observado un año antes. Ante esta progresión, el pronóstico es que se pueda situar en el primer semestre del año en el entorno del 24%, dos puntos porcentuales menos.
Carga para las entidades No obstante, pese a los retrocesos, y al hecho de que familias y empresas se están progresivamente desendeudando, los traspasos de activos al Sareb y los provisionamientos y las salidas de los balances, esta magnitud continúa siendo excesivamente elevada. Miguel Córdoba Bueno, profesor de la Universidad San Pablo CEU, considera que la morosidad se encuentra todavía en niveles «preocupantes». «Hace 10 años, hablar de una mora del 3% era algo así como una anatema para el sector bancario. Después, vino la crisis, y la tasa se puso en dos dígitos, y parece que nos hemos acostumbrado a que esté cerca del 10%, cuando es una barbaridad, pues lastra completamente los beneficios bancario, y se puede ‘‘cargar’’ a las entidades, como ha ocurrido con el Banco Popular. Creo que la morosidad sigue tan alta porque los bancos han tratado de aguantar algunos créditos dudosos importantes durante varios años para no dañar su cuenta de resultados», explica.
Carlos Fernán-dez, analista de XTB, prevé que el próximos meses se producirá retrocesos en la tasas. «La morosidad se reducirá en función de la capacidad que tenga la economía para crecer. No obstante, habrá un porcentaje muy elevado de préstamos dudosos que entrarán con total seguridad en mora», apunta. Pese a ello, Fernández no cree que estos crédito supongan actualmente una preocupación para la banca. «Con la reestructuración bancaria, las instituciones financieras se vieron obligadas a provisionar estos créditos, por lo que, ahora, no son un problema para sus balances», precisa. Ante estas cifras, la pregunta del millón sería si la caída de la morosidad se podría traducir una mayor concesión de créditos. Pese que «a priori» lo lógico sería pensar en una reactivación, los expertos no lo tienen tan claro. Y es que a la retirada de estímulos del BCE, se unen los bajos salarios y los malabarismos que deben realizar actualmente las empresas, especialmente la pymes, para alcazar el equilibrio entre los recursos propios y los ajenos. «No creo que se vaya a reactivar la concesión de créditos. Las cifras se irán deslizando suavemente a la baja, y esperemos que no haya ‘‘cisnes negros’’ en forma de inflación, subida de tipos, otra burbuja, o que el señor Trump se líe la manta a la cabeza y monte alguna operación bélica», concluye Córdoba.
Concurso de acreedores
A la par que se produce una caída de la morosidad en el ladrillo, también lo hace el número de concurso de acreedores. Estos procedimientos cayeron el pasado mes de abril en términos interanuales en las actividades inmobiliarias un 17%, y en la construcción, un 26%, según los datos procesados por el Gabinete de Estudios Económicos de Axesor. Este retroceso en constructoras e inmobiliarias también explica en buena parte las cifras globales para el conjunto de las empresas españolas. El total, los procesos iniciados por las sociedades mercantiles españolas retrocedieron el mes pasado un 15% en tasa interanual, después de haber subido un 6,3% en marzo. En el cuarto mes del año, se iniciaron 318 procesos formales de insolvencia. Por sectores, los más numerosos, casi uno de cada cuatro concursos, tuvieron lugar en el sector de comercio, con un total de 76 casos registrados, un 7% más que en el mismo mes del año pasado. Asimismo, la agencia de «rating» también ha detectado una caída de la actividad emprendedora. En abril, se dieron de alta 8.128 sociedades, lo que supone un retroceso del 16% si se compara con el mismo mes del año anterior, lo que hace que sea el dato más bajo registrado desde 2012.
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