Atenas

El «plan C» de Tsipras para Europa

El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, ayer en el Parlamento Griego
El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, ayer en el Parlamento Griegolarazon

En griego, «Seisachtheia» fue un conjunto de leyes implantadas en Atenas en el siglo VI a.C. para acabar con la servidumbre y la esclavitud de la ciudad a través de un alivio de la deuda de los más pobres. Ese mismo término emplea el actual Gobierno griego como premisa a la hora de rediseñar su estrategia sobre la deuda, con el objetivo de alcanzar el ansiado «acuerdo puente» y evitar una extensión del rescate. Después de la negativa del Eurogrupo de aceptar el «menú» de deuda propuesto por el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, el Ejecutivo heleno trabaja en la elaboración de un «plan C» que, según el principal diario griego «Efimerida», obligará a salirse del Programa de Salónica, hoja de ruta de Syriza antes de las elecciones.

Entre los cambios destacan reducir el coste del programa, resolver los casos pendientes de evasión fiscal a través de una vía extrajudicial, no aplicar ciertos impuestos adicionales y crear un organismo público que se haga cargo de los impagos de los más desfavorecidos. El gesto más remarcable del primer ministro griego, Alexis Tsipras, para contentar al Eurogrupo será la rebaja de 2.000 millones de euros en el presupuesto para financiar sus propuestas, que ascendía a los 11.300 millones. Según una periodista de Efimerida, el nuevo Gobierno se encontró menos dinero en las arcas públicas del que pensaba, lo que le ha obligado a recular en sus previsiones de gasto. La lucha contra la evasión fiscal será una de las principales líneas de trabajo, tal y como exigió la troika desde el primer programa de ayudas. Para ello, la Agencia Tributaria prepara un plan para cerrar los casos de evasión fiscal pendientes de juicio, alrededor de 400.000, y así forzar a los evasores a pagar la mayor cantidad de dinero posible, lo que permitiría al Estado cobrar parte de los 15.000 millones de euros «atrapados» en los tribunales, debido a la lentitud de la Justicia griega.

La estrategia consistirá en resolver los casos a través de una vía extrajudicial que asegure el pago del principal, aunque se tenga que recortar una tercera parte de los intereses, mientras que se establecerá una garantía de mínimos para los grandes casos de fraude.

Por otro lado, el Ejecutivo será más benevolente con los ricos. Fuentes gubernamentales apuntan que mantendrá la tasa del 45% actual para los ingresos superiores a 500.000 euros, o con una subida leve, en vez de gravar el 75% como proponía Syriza. Sin embargo, el pilar fundamental del Ejecutivo sigue siendo poner fin a la crisis social a través de un paquete de medidas sociales que contradicen las exigencias de los prestamistas. El equipo de Tsipras se plantea crear un organismo público que se encargue de gestionar los préstamos basura, inspirado en el modelo de Estados Unidos. La nueva oficina pagará a los bancos los créditos de los más afectados por la crisis económica. Esta medida pretende proteger a las 100.000 familias en riesgo de desahucio este año y ayudar a las personas que viven bajo el umbral de la pobreza, un tercio de la población en un país de 11 millones de habitantes.

Donde el Tsipras chocará frontalmente con los socios europeos será en la subida del salario mínimo a 751 euros y en la recontratación de los funcionarios despedidos por el anterior Gobierno conservador, dos medidas esenciales para mantener el apoyo de los griegos. El viceministro de Reforma Administrativa, Yorgos Katrugalos, estimó que el retorno de 3.800 trabajadores públicos costará 33 millones de euros. «El proyecto de ley estará listo en un mes, aunque el proceso administrativo llevará más tiempo», subrayó el viceministro. Katrugalos justificó su decisión explicando que en 2010 los funcionarios públicos ascendían a 920.000 y tras los recortes aplicados por el anterior Ejecutivo ahora son 570.000. Durante la burbuja Grecia acumuló un 20% de funcionarios del total de la población activa, que, con la suma de las pagas extras, cobraba unos 70.000 euros frente a los 55.000 euros de Alemania. Éstas son algunas de las medidas que presentará Tsipras en el Parlamento hoy por la tarde y que serán debatidas hasta el martes.