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El Santander advierte de posibles cierres y ajustes de plantilla por la digitalización

La entidad cree que la competencia podría requerir un aumento de tipos para los depósitos o una bajada de los aplicados a los préstamos. Convoca a los sindicatos el 6 de mayo para empezar a negociar el ERE de la fusión con Popular

Un hombre camina frente a una oficina de Banco Santander en Río de Janeiro
Un hombre camina frente a una oficina de Banco Santander en Río de Janeirolarazon

La entidad bancaria cree que la competencia podría requerir un aumento de tipos para los depósitos o una bajada de los aplicados a los préstamos. Santander convoca a los sindicatos el 6 de mayo para empezar a negociar el ERE de la Fusión con Popular

El impacto de la digitalización bancaria y del generalizado uso de las nuevas tecnologías en la banca móvil y por internet podría abrir la puerta al cierre de varios puntos de la red de sucursales del Banco Santander y a una reestructuración de su plantilla, que incluirá cambios en la propia estrategia de banca comercial del grupo presidido por Ana Botín, según ha hecho público la propia entidad en su último boletín de actividad continuada remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Entre las advertencias más destacadas, la entidad bancaria afirma que si el ritmo de transformación aumenta, se podría requerir del cierre o la venta de algunas sucursales y la reestructuración de otras, así como un ajuste entre sus empleados.

El banco presidido por Ana Botín advierte de que si el grupo no es capaz de adaptar su oferta a las tendencias cambiantes del sector, el negocio podría verse afectado negativamente. "La incapacidad para anticipar o adaptarse a las tecnologías emergentes o a los cambios en el comportamiento de los clientes, incluyendo los clientes jóvenes, podría retrasar o impedir el acceso a nuevos mercados basados en la tecnología digital", subraya.

Ayer mismo, fuentes de Banco Santander hicieron oficiales los contactos que mantendrán con las entidades sindicales en una reunión el próximo 6 de mayo, en la que darán a conocer los planes de reordenación empresarial que la entidad tiene previstos, entre los que se incluye un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para más de 3.000 trabajadores, según confirmaron desde los sindicatos. Sin embargo, la entidad bancaria no ha ofrecido detalles acerca del número de oficinas ni de empleados que se verán afectados, ni las causas de estas bajas. Los sindicatos temen que se intenten cambiar algunos aspectos del Protocolo de Fusión con Banco Popular firmado en noviembre, y que podría afectar de alguna manera a los más de 30.000 empleados de Banco Santander en España a la hora de ejecutar el ERE. Según el mapa de sucursales, Galicia, Madrid y Barcelona podrían ser las zonas con una mayor incidencia del expediente.

Estas medidas, aunque ya previstas, podrían anticipar lo anunciado en el boletín presentado ante la CNMV citado con anterioridad, que advierte de que la transformación tecnológica podría derivar en "pérdidas de activos y el forzamiento del gasto para renovar, reconfigurar o cerrar sucursales y transformar la red comercial. El fracaso en la implementación efectiva de estos cambios podría tener un impacto material adverso en la posición competitiva del grupo".

El Santander también reconoce en el boletín, según recoge Europa Press, que los proveedores no tradicionales de servicios bancarios, como los especializados en el comercio electrónico mediante plataformas de Internet como Amazon, compañías de telefonía móvil como Orange (Orange Bank) o motores de búsqueda como Google, cuentan con ventajas regulatorias frente a las entidades tradicionales. Estas compañías no están sujetas a la fuerte regulación bancaria a la que sí están sometidas las entidades financieras tradicionales, por lo que el Santander cree que podrían ofrecer tipos y precios más agresivos, así como dedicar mayores recursos a tecnología, infraestructura y marketing. En este sentido, el banco reconoce que si la competencia continúa aumentando necesitará elevar los tipos ofrecidos para los depósitos o bajar los tipos que aplica a los préstamos, perjudicando a su rentabilidad. La entrada de nuevos jugadores también podría afectar a sus resultados de negocio y perspectivas, porque la capacidad para aumentar la cartera de clientes y expandir sus operaciones se vería limitada.