Estados Unidos
El «sí» del 50% de los acreedores bastará para salvar una empresa
El Gobierno estudiará hoy en el Consejo de Ministros una reforma de la Ley Concursal para facilitar los acuerdos entre las empresas en dificultades con sus acreedores, con el fin de que aquellas que sean viables puedan continuar su actividad y no verse obligadas al cierre por el peso de sus deudas. La experiencia de los últimos años demuestra que más del 90% de los concursos de acreedores –antigua suspensión de pagos– acaban con la liquidación de la empresa y con la imposibilidad de obtener recursos para atender siquiera los gastos generados tras llegar a esta situación.
La intención del Gobierno es que los acuerdos de refinanciación entre los acreedores (entidades financieras en este caso) necesiten un 50% de conformidad en lugar del 70% actual, que hace casi inviable llegar a un consenso mayoritario.
Anuncio de Rajoy
El pasado martes, el presidente del Gobierno, durante su intervención en el Debate del Estado de la Nación, adelantó que el Gobierno planteará hoy una reforma de la normativa concursal «para que las empresas con viabilidad reestructuren su deuda cuanto antes y se rehagan. Se favorecerá así que alcancen acuerdos concursales y puedan convertir deuda en capital social», lo que permitirá un desapalancamiento de las sociedades con futuro.
El Ejecutivo se inspirará en la legislación de Estados Unidos y de Reino Unido, según han comentado a LA RAZÓN diversas consultoras. En cualquier concurso de acreedores de empresas de tamaño medio y grande media docena de entidades financieras, al menos, se presentan como acreedoras. En el caso de las empresas de gran tamaño, el número de entidades puede superar fácilmente la veintena.
El problema que tradicionalmente se presenta en las negociaciones viene de los financiadores extranjeros. La banca española, que ha mantenido financieramente una empresa desde su lanzamiento, ve con mejores ojos la continuidad de la misma, aunque sea incrementando el riesgo con ella, ante la amenaza de que, en el caso de la liquidación, no se llegue a recuperar ni una mínima parte de lo comprometido. Los fondos de inversión extranjeros son los primeros que bloquean cualquier tipo de acuerdo.
Incentivos contables
Rajoy cree que reduciendo el porcentaje necesario para aprobar los términos de refinanciación necesarios para que una empresa supere su situación de insolvencia –lo que en la jerga financiera se conoce como «fresh money»– se pueden lograr acuerdos casi inmediatos.
Además del porcentaje, es necesario crear algún tipo de mecanismo incentivador para que los bancos se lancen a convertir deuda en capital. Lo que se está barajando es algún tipo de provisión contable, de manera que la nueva financiación no figure en el balance de las entidades financieras como pérdida.
El caso más dramático que se está viviendo y que tendrá que resolverse la próxima semana es el de Pescanova. Con resultados de explotación positivos, la deuda derivada de su expansión internacional (4.000 millones) la condena a la desaparición.
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