Presupuestos generales 2014
El valor de las exportaciones
Los Presupuestos se calculan en función del crecimiento esperado de la economía, pues si ésta crece las empresas y familias ganan más y el Estado ingresará más vía impuestos. Una vez que el Gobierno comprende cuánto ingresará en el siguiente año decide realizar ajustes –subiendo los impuestos o bajando los gastos– para así cumplir con los objetivos de déficit que marca Bruselas. El objetivo para 2014 es un déficit del 5,8% –es decir, incrementar la deuda del Estado en un 5,8% del PIB–.
Los ingresos para el Estado se generan con el consumo de las familias. Parece que tras años de ahorro el consumo va a repuntar levemente (0,2%), siguiendo al repunte de confianza en que lo peor de la crisis ha pasado. Si vienen turistas, consumirán también, y las crisis en los países árabes del Mediterráneo están siendo clave para que vengan nuevos consumidores y generadores de impuestos para las arcas públicas.
Los beneficios de las empresas son otra partida recaudatoria importante. Las empresas llevan años apretándose el cinturón y muchas están ya en los huesos, no pueden reducir más sus gastos. Este esfuerzo ha convertido a miles de empresas en competitivas y, como consecuencia, comienzan a vender en los mercados internacionales; por ello, las exportaciones han crecido de una manera asombrosa, pasando de pesar el 24% a representar el 34% del PIB español.
El Gobierno prevé recaudar 4.230 millones de euros más en impuestos. Para calcular la recaudación se apoya en su estimación de que la economía crecerá un 0,7%, y vuelve a confiar principalmente en las exportaciones como motor del crecimiento (5,5%) en nuestra economía.
El Estado también se compromete a gastar menos (un -2,9%) y la inversión ni está ni se la espera. La inversión no va a despegar, pues la banca sigue desapalancándose, por lo que el año que viene seguirá sin haber crédito en nuestro país.
El Gobierno ha sido optimista y considera que en 2014 se dejará de destruir empleo y que la tasa de paro caerá hasta el 25,9%. Puede que tenga razón, pues parece que no quiere reducir más las administraciones públicas y las empresas están tan esqueléticas que cualquier repunte de ventas va a exigir que contraten más trabajadores. Si se equivoca con el empleo, el cuadro macroeconómico se descabalará y no conseguiremos los objetivos de déficit impuestos por Bruselas.
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