Energía

El Gobierno, sin control ante el aumento del gas ruso, atribuye las importaciones a las empresas

En una respuesta parlamentaria, asegura que depende de la "libre iniciativa" de las compañías pese a comprometerse a reducir las compras al país euroasiático

Un buque metanero
Un buque metanerolarazonAgencia AP

Europa se comprometió en julio a reducir la dependencia del gas ruso para evitar financiar a Vladímir Putin la invasión de Ucrania. Y con el balance hasta noviembre, la Unión Europea ha conseguido reducir ostensiblemente la dependencia del gas ruso: según datos de la Comisión Europea, el suministro procedente del país de Putin representaba el 41% del total en diciembre de 2021, mientras que ahora tan solo supone el 12,1% (en noviembre de 2022, último dato actualizado).

Mientras el resto de países europeos reducen el suministro de gas procedente de Rusia, España lo ha incrementado en los últimos doce meses. A tenor de los datos publicados por Enagás, el gas procedente del país euroasiático ha pasado de representar el 8,9% en 2021 a suponer el 12,1% en 2022 (se ha pasado de importar 37.027 GWh a 53.859 GWh). Y, ¿cómo justifica el Gobierno este incremento del gas procedente de Rusia?

En una respuesta parlamentaria a una pregunta por escrito del diputado del PP Pablo Hispán, Moncloa atribuye este incremento a las empresas, reconociendo que no tiene el control pese al compromiso que firmaron los Estados europeos para reducir el suministro de Rusia, en solidaridad con Ucrania. Así, el Gobierno se remite a la ley del sector de hidrocarburos para argumentar que «la importación y la comercialización del gas natural son actividades que se realizan bajo el principio de libre iniciativa empresarial».

Sí que es cierto que las sanciones no afectan al gas ruso y, por tanto, se puede seguir importando. No obstante, en el PP llevan meses haciendo oposición contra este incremento del suministro de gas ruso porque supone incumplir con el compromiso de reducir la dependencia del país euroasiático e Hispán lamenta que el Ejecutivo no actúe: «Es el Gobierno quien tiene que tomar cartas en el asunto. Las compañías españolas siguen comprando gas a Rusia ¿y el Gobierno no va a hacer nada?», recrimina Hispán, quien asocia este incremento de las importaciones de gas ruso a la reducción de las importaciones procedentes de Argelia por culpa del conflicto diplomático que ha originado Pedro Sánchez para contentar a Marruecos. El gas argelino ha pasado de representar el 42,7% en 2021 a suponer el 23,8%.

En el resto de Europa, la reducción drástica de la dependencia del gas ruso ha sido posible gracias al acuerdo que alcanzaron los 27 Estados en julio para rebajar el consumo en un 15% entre agosto y marzo con respecto a la media del periodo entre 2017 y 2021; y gracias a que se han ido abriendo las puertas de otras fuentes de suministro de gas, que han ido ganando peso (ahora mismo, según los mismos datos de la UE, Noruega ha pasado a ser el principal proveedor, con casi un 25%).

Incumplimientos

En cualquier caso, España incumple tanto con la reducción de importación de gas ruso como con la reducción del consumo total de gas en un 15%. Según el último balance de la Comisión Europea, con datos de agosto a noviembre, España era el cuarto país que menos había reducido la demanda de gas (7%). Nuestro país sale todavía peor parado si la comparativa es con respecto al periodo 2019-2021. Según datos recogidos por el reputado «think tank» Bruegel, España ha reducido tan solo un 3% la demanda de gas (el tercer país por la cola). Según datos del Gobierno, la reducción de la demanda de gas es del 21% con respecto a los últimos cinco años.

Sí que es cierto que el acuerdo para reducir el consumo de gas es voluntario (el Reglamento del Consejo de la UE incluyó una cláusula para convertir ese acuerdo en obligatorio solo en caso de que haya riesgo para la seguridad del suministro), pero su incumplimiento parece poco solidario con Ucrania. Más aún cuando España acumula un listado de agravios con el país que preside Volodímir Zelenski, que ha tenido que reprochar a España la falta de envío de material a su país.

Estos datos también revelan cómo está impactando el conflicto diplomático con Argelia, que ha obligado a España a buscar fuentes de gas alternativas; o, cómo el tope ibérico también está influyendo sobre la demanda de gas al presionarla al alza. Según los datos de Enagás, España consumió 446.550 GWh en todo 2022, mientras que un año antes se quedó en 416.685 GWh. Es decir, el propio tope del precio del gas para rebajar los precios de la luz está incentivando el propio consumo de gas, aunque el Gobierno también lo atribuya a que el pasado ejercicio estuvo marcado por una menor generación de electricidad mediante fuentes renovables, lo que ha incrementado el peso de los ciclos combinados. Tanto es así que, según datos de Red Eléctrica de España, los ciclos combinados pasaron de generar el 17,2% en 2021 de la electricidad al 24,7% en 2022.