Gobierno

Las incertidumbres que amenazan al supuesto cohete económico español

La estabilidad francesa es esencial para la Unión Europea y para España. Una deriva económica francesa hacia el populismo –de izquierdas o de derechas– también perjudicaría a la economía española

La ultraderechista Marine Le Pen
La ultraderechista Marine Le PenIAN LANGSDONAgencia EFE

Shakespeare (1554-1616), en «Enrique IV», advierte de que «bueno es temer, y para prevenir lo peor, apresuraos». Las incertidumbres se acumulan en el horizonte y también amenazan al supuesto cohete económico español –que no es tal– del que tanto presume Pedro Sánchez. El zoco calatán, en el que se subasta la presidencia de la Generalitat, es todavía un asunto interno, pero trascenderá. Ahora, lo que de verdad preocupa es la muy probable cohabitación en Francia, entre un presidente centrista –matices al margen– y un futuro gobierno extremista, ya sea el de extrema derecha de Marine Le Pen, o el de extrema izquierda de Melenchon, que encabeza un frente popular que parece llegado del pasado más sombrío. De momento, las bolsas europeas, pero sobre todo la francesa, descuentan esa cohabitación con bajonazos y mucha inquietud. Hay tres precedentes en Francia. Mitterand tuvo que cohabitar entre 1986 y 1988 con los conservadores de Chirac y con los de Balladur entre 1993 y1995. Cuando Chirac fue presidente, le ocurrió lo mismo con el socialista Jospin, entonces entre 1997 y 2002. En las tres ocasiones hubo dudas y ciertas tensiones, pero poco más. Al fin y al cabo era una conllevanza entre socialdemócratas y socialconservardores, todos muy estatalistas, por cierto.

Ahora, todo es diferente, porque tanto Le Pen como Melenchon son muy extremistas, por mucho que puedan moderarse –es dudoso– si llegan al poder. La estabilidad francesa es esencial para la Unión Europea y para España. Una deriva económica francesa hacia el populismo –de izquierdas o de derechas– también perjudicaría a la economía española que, sí, va mejor que otras –es cierto–, pero gracias al dopaje de los fondos europeos que permiten gasto público a espuertas, y al turismo, que es un éxito, pero que también alimenta lo que algunos llaman «país de camareros». Es decir, poco valor añadido y menos productividad. Al mismo tiempo, la inflación vuelve a subir en la zona euro por primera vez desde diciembre y el 2,6% de mayo y el 2,9% en tasa subyacente son los datos más altos desde febrero. Si persiste, será difícil que vuelvan a bajar los tipos de interés, porque el Banco Central Europeo se apresura a prevenir lo peor, como recomendaba Shakespeare.