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La CEOE arremete contra los «globos sonda» del Gobierno

Los empresarios revisan a la baja las perspectivas económicas para 2018 y el próximo año.

Antonio Garamendi y Juan Rosell, durante su visita en junio a Moncloa
Antonio Garamendi y Juan Rosell, durante su visita en junio a Moncloalarazon

Los empresarios revisan a la baja las perspectivas económicas para 2018 y el próximo año.

La Junta Directiva de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) analizó en su reunión de ayer la situación económica y sus perspectivas al inicio de este curso político. Constató que hay señales de desaceleración agravadas por los anuncios, sin posterior concreción, de subidas fiscales, en un momento en el que se requiere «un esfuerzo para consolidar la recuperación y menos incertidumbre».

El informe trimestral de la economía española, elaborado por el Servicio de Estudios del Departamento de Asuntos Económicos y Europeos de CEOE, revisa a la baja las perspectivas para la economía española. En 2018, se estima un crecimiento del PIB del 2,7%, con una décima de caída respecto a la previsión anterior, y para 2019 del 2,3%, tres décimas menos. Las previsiones siguen siendo positivas, pero la desaceleración prevista se ha intensificado de forma leve para el presente año y algo más para el 2019.

Estos datos constatan que la economía comienza a mostrar señales de pérdida de impulso en algunos elementos que habían reactivado la actual etapa expansiva, como el bajo precio de las materias primas, sobre todo del petróleo, el descenso de la inflación, la fortaleza de los principales socios comerciales de España y el notable dinamismo del sector turístico nacional.

A ello debemos añadir la «incertidumbre» creada por los anuncios del Gobierno sobre medidas fiscales que se han ido lanzando a la opinión pública desde la moción de censura, como el impuesto a las tecnológicas, el impuesto sobre transacciones financieras, el gravamen específico sobre beneficios de las entidades financieras, el impuesto al gasóleo, el incremento del impuesto de sociedades, la tributación sobre beneficios obtenidos en el extranjero o las SICAV.

Según CEOE, en España no existe un problema de recaudación tributaria. La recaudación de 2017 se situó prácticamente en los mismos niveles de 2007, máximo de la serie histórica, y la prevista para 2018 la supera. Lo que sí existe, indican, es un problema de gasto y de gestión, que se pretende sufragar subiendo la fiscalidad, en un momento en el que lo que «se precisa es consolidación», contención del déficit, reducción de deuda pública, recuperación de empresas e inversión. No «globos sonda» que creen incertidumbre y un clima de inseguridad.

La CEOE terminó el comunicado afirmando que, de aumentar el coste de la energía, el coste financiero, el coste laboral y el coste fiscal, «el juego no puede ser de suma cero» sino que tendrá un profundo impacto en la inversión empresarial y en la creación de empleo.