Lucha contra el desempleo
Las claves para crecer al 1% y crear empleo
Sin crecimiento no hay opción de crear empleo y España, con 4.698.783 personas inscritas en las listas de las oficinas del antiguo INEM –ahora SPE–, necesita generar puestos de trabajo sin demora. Aunque en los últimos seis meses el desempleo ha caído en 340.000 personas, la economía española todavía no crea empleo neto, como lo demuestra el hecho de que la afiliación a la Seguridad Social cayó en 99.069 personas en el mes de agosto.
La vieja máxima
¿Cuándo lo hará? A decir del Gobierno y de varios expertos, como el profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) Miguel Ángel Bernal o los estudios de Freemarket, lo hará cuando el PIB avance al menos un 1%. Otros estudios, como uno reciente de Patricia de Cea y Juan J. Dolado, de la Universidad Carlos III de Madrid, son algo menos optimistas y calculan que, a corto plazo, un aumento del PIB del 0,35% serviría para estabilizar el crecimiento neto de la tasa de paro y que, a medio y largo plazo, se crearía empleo neto a partir de un umbral de avance del 1,35%.
Puede parecer que un crecimiento de un 1% es mucho teniendo en cuenta que la actividad todavía está buscando su suelo y que cayó en el segundo trimestre del año un 0,1%. Pero lo cierto es que es un crecimiento mucho más asequible que el que necesitaba no hace tantos años España para crear empleo. Según los diferentes modelos econométricos, en los años anteriores a la crisis la economía necesitaba un crecimiento robusto para crear empleo, del orden de un 2% o un 2,5%. Sin embargo, la reforma laboral ha reducido lo que los expertos denominan umbral de creación de empleo (UCE) a la mitad. La razón: a las compañías les resulta ahora más barato y sencillo adaptar sus plantillas a las necesidades de producción y dudan menos en contratar. «Antes de la reforma laboral, las empresas sólo contrataban cuando detectaban un crecimiento muy fuerte, que, según todos los modelos, rondaba el 2 por ciento. La razón era que la rigidez del mercado laboral, tanto en lo que a normativa como al coste del despido se refiere, les hacía muy complicado ajustar las plantillas si la producción caía. Por eso, antes de contratar, se aseguraban de que el aumento de la producción se iba a mantener en el tiempo y que les compensaba firmar nuevos contratos. Ahora, sin embargo, es más sencillo ajustar el empleo si no se cumplen las expectativas, por lo que a las compañías les compensa arriesgarse con nuevas contrataciones en cuanto detectan un repunte de la actividad», explica Miguel Ángel Bernal.
A mayor flexibilidad del mercado laboral, mayor facilidad para la contratación, sería el axioma. Por eso, Estados Unidos, donde el despido es libre y las prestaciones por desempleo son muy inferiores a las de España, la sensibilidad de su mercado laboral a las oscilaciones del PIB es muy elevada, con incrementos muy pronunciados del desempleo en épocas recesivas y rápida disminución en tramos expansivos.
El hándicap de este sistema, no obstante, es que en un mercado laboral tan hiperliberalizado, los derechos de los trabajadores son muy escasos. Fue precisamente en Estados Unidos donde el economista Arthur Melvin Okun formuló, a medidas del siglo pasado, la relación entre el crecimiento de la economía y la tasa de desempleo, concluyendo que cuando el gigante americano se expandía un 3%, el paro bajaba en un 1%.
Alcanzar ese 1% de crecimiento teórico para crear empleo podría llevar menos tiempo del esperado. Luis de Guindos, ministro de Economía, aseguró el pasado miércoles en una entrevista en el diario económico británico «Financial Times», que el Gobierno iba a revisar las perspectivas de crecimiento para el año próximo elevándolas al 0,5%.
Esto significaría que al menos hasta 2015 no sería posible crecer y crear empleo. Sin embargo, el Servicio de Estudios del BBVA es mucho más optimista. Considera que, dado el tirón de Europa, con Francia y Alemania a la cabeza, España podría crecer de forma mucho más vigorosa, llegando a cuotas cercanas al 1% el año próximo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que, tras tocar fondo este año, subirá un 0,7% en 2014 y la Comisión Europea, un 0,8%. El presidente de la entidad bancaria, Francisco González también resaltó esta semana desde Fráncfort las bondades del «mercado de trabajo más flexible de Europa». Un factor que también destacó esta semana el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
Datos fiables
De todos modos, como expone el Ministerio de Empleo Seguridad Social en su informe para valorar los efectos de la reforma laboral, sus efectos sobre la creación de empleo «se podrán cuantificar con mayor grado de precisión a más largo plazo y cuando realmente la economía comience a registrar un crecimiento económico sostenido».
Reducir salarios a cambio de mantener el empleo
La crisis que se instaló en la economía desde el año 2009 ha traído una reducción automática de los costes laborales de las empresas. Los sindicatos han cambiado reducciones salariales por despidos sabedores de que era la solución menos mala para los trabajadores. Durante el pasado año, el coste total por trabajador, según la Encuesta de Costes Laborales del Instituto Nacional de Estadística, fue de 30.905 euros, un 0,8% inferior al del año anterior. El 73,2% de este coste correspondió a salarios (22.635 euros por trabajador) y el 22,2%, a cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social. En el primer trimestre de este año, último dato disponible, el coste laboral de las empresas ha descendido un 1,4% respecto al mismo periodo del año anterior. El coste salarial se ha reducido en un 1,8% y se sitúa en 1.800 euros mensuales.
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