Las dos caras de la política económica

Tecnócrata de mundo: Luis nde Guindos

Su perfil es diferente al del titular de Hacienda. Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, es un tecnócrata puro, con una educación elitista, fluidez en los idiomas y versado en las grandes teorías económicas. Todo un experto que discute con sus homólogos europeos sobre el keynesianismo, el libre mercado, la Escuela austriaca de Hayek o el monetarismo de Chicago. Es la suya una trayectoria ligada a las grandes consultoras internacionales, pero también trabajó con Rato y elaboró muchos papeles para Mariano Rajoy antes de su llegada al Gobierno.

Buen conocedor del mundo empresarial, De Guindos fue presidente de Lehman Brothers en España, el famoso, por la crisis, banco de inversiones estadounidense. Aunque siempre ha sido independiente, sí ocupó puestos en la etapa de Aznar en Renfe, el Instituto de Crédito Oficial y la SEPI. Miembro del Observatorio económico de FAES, la cantera ideológica del PP, sus buenas relaciones en la esfera internacional y su manejo de los idiomas llevaron a Rajoy a su nombramiento. Es un gran defensor del tratamiento de choque para salir de la crisis.

Aunque no es militante del PP, ni por ello tan querido como Cristóbal Montoro entre los veteranos del partido, es un hombre respetado, si bien algunos le hacen responsable de los sucesos que provocaron la salida de Bankia de Rodrigo Rato. Él siempre lo ha negado y se mantiene, con estilo de caballero, entre aviones, en su ingente trabajo entre Berlín, Bruselas y el FMI. Acostumbrado a la empresa privada, en las actuales circunstancias, ya tiene mérito.

El hombre de la caja: Cristóbal Montoro

Un actual ministro de Mariano Rajoy comenta con sorna que hay dos gobiernos: el de la nación, y el de Hacienda. Nunca mejor dicho. Porque Cristóbal Montoro Romero es un técnico implacable con los dineros del Estado. Catedrático de Economía Aplicada, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales es, a diferencia de su compañero, Luis de Guindos, un hombre de partido desde hace mucho tiempo, diputado en cinco legislaturas y gestor del equipo económico en el Congreso. Ambos sí tienen algo en común en su vida política, haber trabajado con Rodrigo Rato, en los gobiernos de José María Aznar.

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas nació en el seno de una familia muy humilde, en Jaén. Su padre, un trabajador del campo, hizo enormes esfuerzos para que sus hijos pudieran estudiar. Cristóbal no le defraudó, fue todo un empollón, que devoraba libros y cifras. Ganó numerosas becas, le apasionaban los números, y de ahí la importancia que concede al buen reparto de las cuentas públicas. Con el sudor de su frente para pagarse los estudios, sacó las mejores notas, conoció el mundo financiero, trabajó en entidades bancarias y fue directivo de finanzas de la CEOE. Histórico del PP, pasó también por el Parlamento Europeo, en la Comisión de Asuntos Monetarios.

Montoro es persona de confianza de Rajoy, con quien trabajó estrechamente en los duros años de oposición. Parlamentario polémico, sonoros son algunos de sus encontronazos dialécticos. No ejerce la tradicional imagen adusta de un recaudador de Hacienda, pues es muy simpático en el regate corto, pero inflexible en su tarea. Es, sin lugar a dudas, el hombre de la caja pública, y no se casa con nadie. Si lo sabrán muchos.