Energía
Las renovables ganan peso
Las energías limpias tienen cada vez un papel más destacado en la producción de electricidad
Las energías renovables tuvieron en 2015 un papel destacado en la producción global de energía del sistema eléctrico peninsular, al representar el 36,9% del total, tal y como recoge el «Informe del Sistema Eléctrico Español», elaborado por Red Eléctrica de España (REE). Aunque la nuclear se mantuvo, con el 21,8% del total, como la primera fuente de generación eléctrica en la Península, cada vez tienen más importancia las llamadas energías limpias. Y como muestra, un botón. En los 10 primeros meses del año, el 20% de la generación total fue de origen eólico y casi el 6%, solar. De esta forma, entre enero y octubre, las energías renovables representaron el 43,4% de total.
El uso de energía limpia, además de ser beneficiosa para el medio ambiente, reduce la dependencia energética del exterior, ya que provoca un descenso de la importación de energía de origen fósil, lo que contribuye a abaratar la llamada «factura energética», favoreciendo, de paso, la balanza comercial española. Según los datos de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), las importaciones de energía de origen fósil, fundamentalmente petroléo y carbón, tuvieron un coste para nuestro país de 26.086 millones de euros en 2015. «El sector renovable evitó en el sistema eléctrico la importación de más de 14,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo, con un ahorro que ascendió a 2.353 millones de euros. Asimismo, la generación eléctrica renovable evitó la emisión a la atmósfera de más de 40 millones de toneladas de CO2, lo que produjo un ahorro económico de 309 millones de euros en derechos de emisión», apuntan desde la asociación de las renovables.
«mix» ideal
Los beneficios, pues, de la generación de energía renovables son más que evidentes, pero ¿también lo son desde el punto de vista de la demanda? ¿Se podría llegar algún día a un «mix energético» en el que el 100% sea producido por energías «limpias»? En opinión de Carmen Calderón, vicedecana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad CEU San Pablo, no existe ninguna fórmula mágica para establecer la combinación adecuada, o el porcentaje óptimo entre energías renovables y fósiles en España que garanticen la máxima eficiencia y el menor coste energético. «Ese equilibrio óptimo atiende a muchos factores, tales como el cumplimiento de las directrices europeas y de los compromisos internacionales adquiridos (Kioto, París), la realización de las inversiones necesarias en energías de respaldo que se puedan utilizar en periodos donde las renovables no generan (es decir, en periodos sin aire, sol o agua), la realización de las inversiones necesarias en infraestructuras que permitan aprovechar la energía renovable dónde se produzca y distribuirla en el país, dotar el sistema con mecanismos de mayor producción o reducción de consumo para convivir con un combustible no gestionable, equilibrar el riesgo geopolítico del suministro de energía», explica. En este sentido, Calderón desconfía de la capacidad de nuestro país para asumir las inversiones necesarias para conseguir una energía totalmente limpia. «¿España actualmente puede asumir los costes e inversiones que exigiría un «mix» 100% renovable? La respuesta es no», señala.
Factura de la luz
Además, las energías renovable generan importantes ahorros para el sistema eléctrico de forma directa al reducir el precio del mercado eléctrico «pool». Se trata, sin duda, de un aspecto muy importante, sobre todo si se tiene en cuenta que la factura eléctrica representa el 2,6% del gasto anual de las familias españolas.
Desde Unesa, la patronal de las compañías eléctricas, advierten de que la posibilidad de crecimiento del consumo eléctrico se ha reducido mucho, ya que los consumidores están muy condicionados por las altas facturas que pagan. «El elevado precio de la luz se debe a los gastos fijos que incluye el recibo, y que no tienen nada que ver con las veces que se sube el interruptor», explica Pedro González, director de Regulación de la patronal.
Sobre la contribución de las renovables a reducir los precios, Calderón cree que la eficiencia y ahorro deberían estar por encima de cualquier decisión política o económica de los gobiernos, tanto en producción como en consumo. «En España, no está claramente definida ni establecida nuestra política energética y, además, carecemos de un marco legislativo estable para una inversión sostenible con unos criterios de eficiencia que permita el desarrollo óptimo del sector», apunta.
En España, el sector de las renovables aportó en 2015 al Producto Interior Bruto (PIB) 8.256 millones de euros, redujo la balanza comercial en 2.511 millones, realizó una aportación fiscal neta al Estado de 1.090 millones, invirtió en innovación tecnológica 230 millones, evitó importaciones energéticas por valor de 6.866 millones, ahorró 423 millones en emisiones de CO2 y empleó a 75.475 personas, según recoge el Estudio de Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España en 2015, editado por la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA).
Objetivos de 2020
La directiva 2009/28/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, del 23 de abril de 2009, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables establece los objetivos del consumo de energías limpias que deben cumplir los Estados miembros en los próximos años. Entre ellos, conseguir que, como mínimo, el 20% del consumo final bruto de energía en la UE proceda de fuentes renovables en 2020 y que el consumo de energía en el sector del transporte sea de , al menos, el 10%.
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