Vivienda
Madrid y Barcelona: 160.000 viviendas vacías que no sirven para solucionar el problema del alquiler
La tasadora Tinsa asegura que, si no están en el mercado, es porque en la mayoría de los casos no están en condiciones
Madrid y Barcelona, dos de las ciudades en las que se concentran importantes problemas de oferta de vivienda en alquiler, disponen de un amplio parque de casa vacías. Concretamente, en Barcelona hay 75.476 unidades, mientras que en la capital la cifra asciende a 97.178, según los datos recogidos por Tinsa Research en su informe "Análisis de la vivienda vacía en España". Una cantidad más que respetable que, sin embargo, poco puede contribuir a aliviar los problemas habitacionales, sobre todo de alquiler, que afectan a ambas ciudades.
Como recuerda Tinsa, la movilización de la vivienda vacía se ha planteado recientemente como una potencial solución a corto plazo para aliviar los tensionamientos provocados por la escasez de vivienda en las principales capitales. La Ley de Vivienda recoge la posibilidad de implantar un recargo de hasta el 150% en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en viviendas vacías para estimular su salida al mercado, sobre todo del alquiler.
Haciendo una estimación a grandes números a partir del volumen de viviendas principales y de la proyección de hogares del INE, la tasadora calcula que sería necesario añadir en torno a 40.000 viviendas anuales a la oferta agregada de las seis principales capitales de provincia españolas, Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla, Valencia y Zaragoza; para cubrir su crecimiento previsto en los próximos 15 años.
Vacías por alguna causa
A priori, si en la actualidad se dispone de 172.654 viviendas vacías en Madrid y Barcelona -266.000 si el foco se amplía a las seis ciudades-, parecería que su movilización sí podría ayudar a aliviar el problema de escasez a corto plazo mientras se ajusta la construcción a medio plazo. Sin embargo, advierte Tinsa, "estas viviendas vacías están bloqueadas por algún motivo, ya sea por condiciones de inhabitabilidad, procesos jurídicos asociados o, simplemente, porque sus propietarios las mantienen fuera del mercado (generalmente por causas de fuerza mayor, pues no suele compensar tener una vivienda inutilizada)". Otras, añade, están fuera de mercado por su ubicación. Así, concluye, "su movilización a corto plazo no es clara".
En los últimos años, el número de unidades de este tipo de vivienda se ha reducido drásticamente en las grandes ciudades. Concretamente, la vivienda vacía se ha reducido un 32% en las capitales españolas en los últimos veinte años, dato que contrasta con el aumento del 24% experimentado en el ámbito nacional, según los datos de Tinsa. La vivienda vacía, según la tasadora, se reduce a un ritmo mayor cuanto mayor actividad concentra la capital. Esto, añade, "es consistente con la dirección de los movimientos de la población hacia los polos generadores de empleo".
Reducción drástica
En estos años, las seis capitales principales han reducido su volumen de vivienda vacía en un 40%, pasando de las 444.000 unidades agregadas entre las seis ciudades a las 266.000. Paralelamente, se han añadido 376.000 viviendas de nueva construcción al parque residencial de estas ubicaciones. Dado que el número de hogares se incrementó en 508.000 y que la vivienda principal supone el 84% del uso del parque en estas capitales, Tinsa concluye que la reducción de 178.000 viviendas vacías en las últimas dos décadas ha sido absorbida mayoritariamente por el mercado de primera vivienda.
Para Tinsa, más que por dar salida a las viviendas vacías, las soluciones efectivas pasan por un aumento de la oferta residencial en las ubicaciones más tensionadas que se ajuste mejor a la demanda, apoyándose en la colaboración público-privada y siempre manteniendo la seguridad jurídica y el derecho a la propiedad privada.
Soluciones
Ante este planteamiento, la tasadora añade que cabe hacer "un replanteamiento del modelo de ciudad actual. Anticipar y redefinir los modelos de ordenación territorial en torno a las capitales con mayor concentración de población ayudaría a prevenir la actual escasez de vivienda asequible, así como los inconvenientes asociados a las megalópolis, entre ellos, los problemas medioambientales y la menor calidad de vida". Asimismo, añade que potenciar un modelo de crecimiento territorial distribuido en capitales secundarias, favoreciendo la inversión para la creación de polos de actividad y empleo, "ayudaría a no concentrar excesivamente la población en un reducido número de capitales principales".
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