Estados Unidos
Nerviosismo por la incertidumbre china
Su pinchazo bursátil provocaría una desbandada de la renta variable y cambiaría la tendencia de los mercados. Cualquier parón de su actividad tendría consecuencias en casi todos los países desarrollados
Saltaron las alarmas y los extintores no tardaron en funcionar. Durante el último mes, el índice bursátil chino se ha contaminado, aunque el arsenal terapéutico del Gobierno está surtiendo efecto. Si bien el virus preocupa, los expertos descartan una epidemia mundial gracias a la ingente cantidad de dinero que se ha inyectado en el sistema para paliar los síntomas y a la recompra de activos inmobiliarios para evitar que la burbuja estalle.
La volatilidad persiste, se ha instaurado en los mercados. Y el contagio es posible, pero complicado. Las caídas que sufrió la bolsa china podrían deberse a ajustes técnicos tras un periodo de fuerte revalorización. Victoria Torre, analista de Selfbank, recuerda que desde 2014, el índice de Hong Kong se ha revalorizado más de un 20%, mientras que el de Shenzhen lo ha hecho en un 195%. No obstante, también resalta los altos precios del mercado inmobiliario o las revisiones a la baja del crecimiento –que han pasado del 9 al 7%–. «La fuerte caída que vemos en la bolsa china no se ajusta proporcionalmente a estos factores. Puede que haya cierta disparidad entre la economía real china y el comportamiento de su índice bursátil». Por ello, y tras el repunte en los primeros días de la semana, la analista de Selfbank sugiere mantenerse a la espera de ver la efectividad del paquete de medidas.
Los inversores anticiparon el acuerdo entre Grecia y la Unión Europea, y ahora se tomarán un respiro. La incertidumbre china acarrea nerviosismo y puede meter en escena, de nuevo, a los bajistas. Torre cree que, en principio, el Ibex 35 estaría más afectado por su entorno geopolítico cercano, porque la salida de un país de la UE podría hacer tambalearse el proyecto europeo. Si la amenaza china continúa, la analista de Selfbank revela que las compañías españolas podrían empezar a mirar hacia otros mercados en busca de una mayor diversificación.
Independientemente del desenlace final que tenga el conflicto heleno, los expertos continúan viendo potencial a largo plazo en la renta variable europea, especialmente en los países periféricos. En cambio, avisan de que «China es diferente», y la culminación de sus amenazas supondría un mayor riesgo y «sí podría conllevar un cambio de tendencia». Tomás García-Purriños, analista de Morabanc AM, asegura que «Grecia puede ser la preocupación más cercana, pero los inversores están volviendo cada vez más su cara hacia China». De igual modo, vaticina que «es posible que el Ibex 35 registre caídas si las bolsas chinas continúan perdiendo niveles».
En cualquier caso, y desde un punto de vista estratégico, las decisiones de inversión no deberían estar condicionadas por ningún evento ajeno al perfil de riesgo y a los objetivos de ahorro. Ahora bien, tácticamente, y en el corto plazo, García-Purriños recomienda extremar la prudencia y no tomar decisiones precipitadas, así como adaptar exposiciones a activos de riesgo por la probabilidad de que los riesgos en China se materialicen.
Temor a una extensión global
Se trata de la segunda economía mundial y una de las de mayor crecimiento, por lo que una plasmación de los riesgos latentes en China –principalmente, una desaceleración por encima de lo esperado– afectaría notablemente a prácticamente todos los activos. «Cualquier parón en la actividad tendría consecuencias e implicaciones en casi todos los países desarrollados». García-Purriños explica que en los momentos de tensión la correlación entre activos suele aumentar. Desde Morabanc AM no piensan que exista una burbuja en la bolsa china, ya que éstas no pueden conocerse hasta que pinchan.
El impacto de lo que suceda en el gigante asiático podría afectar en mayor medida a la renta variable. Torre sostiene que muchas desinversiones que se realicen en la bolsa china irían a parar a la europea, en el mejor de los casos, un mercado que está tomando fuertes medidas de estímulo. «Pero también podría ocurrir una tragedia», advierte, y ver de nuevo una desbandada de la renta variable debido al temor a una extensión global.
Desplome de las materias primas
Las materias primas, en concreto las más cíclicas, como las energéticas y los metales, se han visto muy afectadas por el recalentamiento del mercado chino. Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank, considera que supone un peligro para las economías apalancadas por las exportaciones hacia el gigante asiático. «Los riesgos de estabilidad financiera en China podrían sentirse de forma mucho más rápida, incluso después de haber visto ya la caída de los precios de las materias primas».
China consume alrededor del 40-50% de todos los metales industriales, y tanto el cobre como el níquel están liderando las caídas –el cobre ha alcanzado su nivel más bajo desde 2009–. El valor del mineral de hierro, que depende especialmente del crecimiento de la economía china, también fue golpeado durante la semana pasada, con un desplome del 25%. Un desmoronamiento que puede considerarse una nefasta noticia para Australia y Brasil. Además, el índice de Bloomberg, compuesto por 22 materias primas, ha perdido en torno al 7% en lo que va de año, la mayor caída desde 2011.
Al margen del hundimiento que ha sufrido el petróleo tras el histórico acuerdo entre Estados Unidos e Irán, China es uno de los mayores compradores en el mundo, por lo que un revés de su economía afectaría negativamente a la cotización del crudo. Algo estancado por el exceso de oferta a escala mundial y debido a los esfuerzos de Arabia Saudí de sacar del negocio a los productores estadounidenses de petróleo de esquistos butaminosos; el petróleo protagonizó el lunes el mayor descenso de cinco meses visto en tan sólo un día. «Está siendo presionado por varios factores. El tambaleo de las acciones chinas, las perspectivas de que Irán vuelva a entrar al mercado y la poca liquidez contribuyen a un ambiente enormemente tenso». Hansen asegura que el petróleo necesita establecer un nuevo rango y que veremos el mínimo del crudo WTI alrededor de los 50 dólares, con un potencial limitado en los 58 dólares, mientras el barril de Brent encontrará apoyo en torno a los 55 dólares.
Además, el gigante asiático es el primer comprador de oro y su crecimiento económico se traduciría en un mayor volumen de compra de este metal, con lo que el precio de cotización subiría. En 2013, la demanda china se incrementó un 32% y superó a la India como principal consumidor mundial de oro. No obstante, la restricción de los mercados crediticios está provocando una ralentización de su volumen de compra.
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