Mercado inmobiliario
Nueva ley hipotecaria: una trampa para ratones
Hasta el momento, sólo bastaba el impago de tres cuotas de la hipoteca para que el banco ejecutase un desahucio, ahora ese plazo se extenderá. Las comisiones que el consumidor abona para cambiar el interés de variable a fijo será más barato gracias a las limitaciones de la nueva ley.
Quedan pocas semanas para que entre en vigor la nueva ley hipotecaria que pretende evitar engaños y prácticas abusivas de los bancos sobre los cosumidores.
Buenas noticias. Quedan pocas semanas para que entre en vigor la nueva ley hipotecaria que pretende evitar engaños y prácticas abusivas de los bancos sobre los consumidores, como ha ocurrido con las cláusulas suelo o las hipotecas multidivisas. La transparencia será el principal valor que aporte esta norma europea cuyo nombre oficial es Ley Reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario. Supondrá una serie de cambios por el que la gente ya no tendrá piel de cordero y las entidades deberán esconder los colmillos de lobo.
La novedad con mayor repercusión será que se endurecerán las condiciones para que un banco ejecute un desahucio. Hasta el momento, bastaba el impago de tres cuotas de la hipoteca, pero a partir de ahora el plazo de extenderá. Un verdadero alivio para muchos. Según el portal especializado kelisto.es, el préstamo se dividirá en dos mitades iguales. Durante la primera parte de la vida del crédito, el banco podrá comenzar a tramitar la ejecución hipotecaria una vez que el cliente no haya satisfecho el 2% del capital del importe total del mismo. Ya en la segunda mitad el porcentaje se eleva hasta el 4%. Por lo tanto, la nueva ley también será una protección contra los desahucios.
Otro de los puntos importantes de la nueva legislación, y el grueso de su contenido, se referirá a la información que debe recibir un consumidor antes de firmar una hipoteca. Los bancos estaban acostumbrados a jugar al escondite con sus clientes, sin embargo, tendrán que gastarse el dinero en tinta para imprimir numerosos documentos que reseñen sin tapujos el trato que se está rubricando. Para la jefa de estudios de fotocasa, Beatriz Toribio, gracias a esto «las reglas del partido serán más claras», y espera que ayuda a que «se produzcan menos litigios como los que hoy en día vemos con las cláusulas suelo». Efectivamente, es uno de los puntos a evitar, ya que los bancos estarán obligados a entregar a los consumidores una Ficha de Advertencias Estandarizadas en la que se avise del contenido sensible del contrato. Además, los clientes recibirán una Ficha Europea de Información Normalizada, una copia del acuerdo, el desglose de los gastos iniciales y qué parte los asume, y también simulaciones de la evolución del coste de su hipoteca. Todo, comenta Toribio, para «proteger al cliente».
El consumidor también contará con más facilidades a la hora de modificar el interés de variable a fijo. Actualmente, para realizar esta operación existían dos opciones: la novación, es decir, modificar el contrato; o la subrogación, cambiar la hipoteca de banco. Ambas suponían un pago de grandes comisiones y de personal notarial y de registro, pero se abaratarán a partir de que se apruebe. La compensación que un banco podrá exigir a su cliente que desee pasar de interés variable a fijo será de un máximo del 0,25% en los tres primeros años de vigencia de la hipoteca y, de ahí, en adelante el consumidor no tendrá que hacer frente a ninguna comisión. Por otra parte, los gastos de notario y de registro se reducirán hasta un 90%, por lo que serán mínimos.
La nueva Ley Hipotecaria será, metafóricamente, una trampa para ratones. Prohibirá mentiras como las de los productos vinculados a las hipotecas. Si se contratan, los bancos prometen que el préstamo se abarata, pero cuando los juramentos se van por el desagüe sale a la luz un cúmulo de dinero a pagar por esos productos. Ahora, estas vinculaciones necesitarán la aprobación del Banco de España, que se asegurará que es el consumidor y no la entidad la que obtiene los beneficios. La próxima entrada en vigor de la Ley Reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario no está gozando de una gran repercusión mediática, eclipsada por otros temas de actualidad. No obstante, se trata de una de las medidas más trascendentales que se aprobararán en esta legislatura porque obligará al pez gordo a ponerse a dieta.
El Euribor desciende, por ahora
Con el objetivo de recuperar la economía, el Banco Central Europeo (BCE) emprendió una política monetaria en marzo de 2015, conocida como QE o expansión cuantitativa que suponía la compra de activos de los bancos del continente. Esta medida ha tenido como consecuencia un descenso continuado del Euribor, que suma 19 meses en negativo, y no ha experimentado ningún aumento desde agosto de 2016. Entonces, se situaba en -0,048%, según datos de la Asociación Hipotecaria Española, y en el mismo mes de 2017 ha alcanzado el -0,156% –su mínimo histórico–, es decir, actualmente la variación interanual es del -0,108%. Estas cifras se traducen en un ahorro cercano a los 70 euros anuales para quienes revisen próximamente la cuota a pagar por su hipoteca. No obstante, el abaratamiento del Euribor está acercándose a su fin. Ya es evidente que la economía vuelve a fluir en busca de los niveles previos a la crisis, y el presidente del BCE, Mario Draghi, ha anunciado que en octubre revisará su política de expansión cuantitativa. Presumiblemente reducirá la compra de activos a los bancos, y el tipo de interés por el que los bancos conceden préstamos hipotecarios volverá a crecer.
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