Bolsa
Oriente Medio sacude los mercados
El índice nacional ha retrocedido por debajo de los 14.000 puntos, presionado por la creciente tensión entre Israel e Irán
El índice nacional ha retrocedido por debajo de los 14.000 puntos, presionado por la creciente tensión entre Israel e Irán. Las compañías más afectadas en la jornada han sido aquellas vinculadas a sectores cíclicos, especialmente las relacionadas con el turismo. Las entidades financieras también se han visto perjudicadas por la inestabilidad, en un contexto en el que se teme que el encarecimiento del petróleo y la incertidumbre geopolítica frenen el crecimiento económico. En este escenario, firmas como IAG y Amadeus lideraron las pérdidas del selectivo, lastradas por el aumento de los costes energéticos y la falta de claridad sobre la evolución del conflicto.
En contraste, empresas del sector defensa como Indra registraron avances, impulsadas por la escalada bélica. Las utilities, conocidas por su perfil defensivo, cerraron de forma dispar, aunque la mayoría logró mantenerse en positivo gracias a la caída de los rendimientos de los bonos.
El bombardeo israelí sobre territorio iraní ha sido el detonante más reciente de la volatilidad en los mercados financieros. Este ataque representa un nuevo golpe para una economía global que ya enfrentaba un panorama delicado. La situación aumenta los riesgos tanto de una desaceleración económica como de un repunte inflacionario, al tiempo que limita el margen de acción de las políticas fiscales y monetarias. Por un lado, los recortes de tipos se vuelven menos probables ante la presión inflacionaria, mientras que los estímulos fiscales resultarían difíciles de aplicar en un entorno donde la deuda pública se financia a altos tipos de interés. El impacto dependerá de la intensidad y duración del conflicto, así como de las posibles represalias que puedan surgir.
En Estados Unidos, Wall Street también abrió con caídas, aunque moderó las pérdidas a lo largo del día. Al igual que en Europa, las aerolíneas y las empresas de viajes sufrieron recortes, mientras que los valores energéticos y de defensa registraron avances.
A nivel corporativo, destacaron las pérdidas de Adobe, que cayó con fuerza tras presentar una previsión de ventas que no logró convencer a los inversores, preocupados por la creciente competencia de empresas centradas en inteligencia artificial.
Las ventas también alcanzaron al mercado de deuda: el rendimiento del bono estadounidense a diez años subió por encima del 4,40%, reflejando las tensiones inflacionarias. En este contexto, el oro volvió a consolidarse como el principal activo refugio.