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Patio Campus, Madrid "kilómetro cero" de la innovación en Europa

Se trata de un ecosistema pionero que conecta el talento emprendedor de las startups con los retos y desafíos de las grandes corporaciones para buscar soluciones comunes

En Patio Campus, la innovación surge de forma cálida y natural
En Patio Campus, la innovación surge de forma cálida y naturalAlberto R. Roldán

Inspirándose en Manhattan, en los años 50 del siglo pasado, Antonio Perpiñá concibió AZCA como una zona de negocios moderna, que pretendía romper con la estructura tradicional del centro madrileño. En el corazón del complejo, se levantó más adelante, en 1989, la emblemática Torre Picasso, símbolo de la apertura económica de España al mundo.

Hoy en día, AZCA está en plena transformación. Ya no es solo un distrito financiero, sino que aspira a ser también un espacio cultural, de ocio y trabajo, abierto a la ciudad. Por ello, no resulta casual que Patio Campus haya elegido el nuevo edificio «Ruiz Picasso 11», un proyecto liderado por Merlin Properties, como cuartel general.

Se trata de una iniciativa pionera en Madrid que busca llenar un vacío existente en el ecosistema emprendedor español, ofreciendo un espacio donde la innovación abierta se convierte en una realidad tangible. Tomando como modelo el exitoso Station F de París, Patio Campus se presenta como un catalizador para conectar el talento emprendedor con las necesidades y desafíos de las principales corporaciones del país.

Patio Campus actúa así como un impulsor necesario para que la innovación corporativa abierta ocurra, aportando beneficios a ambos lados de la relación: corporaciones y startups. Además, prepara a las grandes empresas para que sean capaces de impulsar y explotar al máximo su propia innovación desde dentro. Para cumplir su propósito, Patio se apoya en la construcción de un ecosistema global propio, abierto a todos y conectado con los principales «hubs» de innovación, educación, investigación, inversión y sector público. Un entorno en el que todos los actores implicados colaboran, descubren y desarrollan soluciones a retos de negocio comunes, desde los que liderar el futuro de proyectos disruptivos.

La idea de Patio Campus germinó ante la percepción de que España carecía de un espacio consolidado que ofreciera un caldo de cultivo idóneo para que las startups encontraran apoyo y se pudieran desarrollar. Fue en 2023 cuando una serie de compañías privadas de primer nivel, de carácter multinacional y que representaban una amplia diversidad de sectores clave para la economía española, se unieron con la visión de impulsar este espacio, eligiendo Madrid para su ubicación. El crecimiento del ecosistema emprendedor en la comunidad en los últimos años, impulsado por la atracción de talento e inversión (gran parte de ella extranjera), ofrecía un contexto más que favorable para hacer realidad el proyecto.

Estas grandes empresas, que comparten su interés por fomentar la innovación abierta, es decir, la que se fundamenta en la colaboración con startups, trabajan sin ánimo de lucro y sin intención de tomar participación en las compañías con las que colaboran. Su objetivo es simplemente alentar las conexiones para dar solución a sus retos y desafíos industriales. Entre estas compañías fundadoras se encuentran L’Oréal, BMW, Inditex, Iberia, Pascual, Mahou San Miguel, Merlin Properties o Moeve. Otras 17 instituciones también se han unido al proyecto, como la Universidad CEU San Pablo, AWS, Salesforce, Kfund, Social Nest, Cococo Ventures, Modulor Ventures, Leemons, Aunara o Ecovidrio.

Javier López, secretario general del Consejo en L’Oréal en España y Portugal y presidente y cofundador de Patio Campus, explica que el propósito fundamental del proyecto es conectar a las grandes corporaciones con el ecosistema emprendedor para resolver retos de negocio reales y dinamizar el ecosistema de startups en Madrid. «A diferencia de los espacios de ‘‘coworking’’ tradicionales, donde las startups simplemente ocupan un espacio físico, Patio Campus se concibe como un catalizador activo de conexiones significativas y colaboraciones estratégicas», señala López.

En poco más de medio año de vida, por las instalaciones de Patio han pasado más de 6.000 personas, se han acelerado 44 startups y se han organizado más de 70 ponencias. Además, cuenta con una red de 60 expertos mentores que han impartido más de 100 horas de formación, con un impacto directo sobre 300 profesionales. Se trata, pues, de una herramienta única que convierte a Madrid en el centro neurálgico del ecosistema innovador no solo en España, sino también en el Viejo Continente.

Apoyo de la CAM

El proyecto cuenta con el apoyo de la Comunidad de Madrid, en lo que es un ejemplo de éxito de colaboración público-privada, constituyéndose esta cooperación como clave para aprovechar todo su potencial y situar a la región como un gran «hub» tecnológico. El pasado año, la Comunidad de Madrid lanzó «Madrid Abierto», un programa que tiene como objetivo identificar startups que puedan ayudar a dar respuesta a las problemáticas que se plantean en pequeños negocios de la región y que comprometen su supervivencia. Patio convocó entonces al ecosistema emprendedor y presentó a la Comunidad de Madrid 212 startups, de las que cinco completaron el proceso completo de aceleración. «El gobierno regional nos pidió ayuda para encontrar soluciones a negocios obsolescentes, que necesitaban de la innovación para poder continuar. Esto es un claro ejemplo de colaboración público-privada. Patio es un espacio en el que podemos confluir. Nosotros aportamos soluciones y la Administración nos ofrece mucha información sobre inversores e, incluso, sobre startups. La magia de Patio consiste, precisamente, en eso: en que actores de diferente naturaleza pueden conectar entre sí. Aquí se exponen retos de negocio y se buscan soluciones comunes. Es un ecosistema muy colaborativo», expone María Barrié, cofundadora de Patio y miembro de la Junta Directiva, así como directora de Innovación Abierta y Advocacy & Influence en L’Oréal España y Portugal.

Y es que el modelo de negocio de Patio Campus se fundamenta en la agregación de un ecosistema atomizado. «En Madrid existían numerosas iniciativas de aceleración e incubación, pero faltaba un espacio neutro que aglutinara estas fuerzas y les diera visibilidad, tanto hacia la Administración Pública como hacia las grandes corporaciones. Patio busca ser ese referente único que pueda integrar todas esas iniciativas», añade Javier López.

Cinco verbos

La propuesta de valor de Patio se articula en torno a cinco verbos de acción: «conectar», facilitando el encuentro entre startups y corporaciones para abordar retos de negocio reales; «aprender», fomentando un proceso de aprendizaje mutuo entre startups y corporaciones, así como con el resto del ecosistema; «colaborar», entre todos los agentes del ecosistema, incluyendo otras corporaciones, para generar un mayor impacto; «descubrir», exponiendo a los miembros del ecosistema a nuevas tendencias e ideas a través de charlas y eventos, y «experimentar», con la puesta en marcha de pruebas de concepto.

Patio utiliza dos vías principales para conectar con startups que puedan dar solución a los retos de negocio de las corporaciones miembro. A través de «open calls», se lanzan convocatorias abiertas mediante una plataforma online donde se comparten los retos específicos de las compañías en áreas como la economía circular, la gestión de residuos o la movilidad. Estas convocatorias detallan lo que se ofrece a las startups y se realizan campañas de captación dirigidas a perfiles relevantes. Patio desempeña un papel crucial en el filtrado de las startups recibidas, en función de las necesidades de negocio comunicadas por las corporaciones.

También recurre al «scouting proactivo», que consiste en la búsqueda activa de startups relevantes, utilizando diversas herramientas, contactos en el ecosistema, como fondos de capital riesgo, y empresas especializadas en la identificación de compañías innovadoras. Este enfoque permite encontrar soluciones específicas a los retos de negocio planteados por las empresas.

Ejemplos de éxito

Un ejemplo exitoso fue la Open Call de Economía Circular, que atrajo a más de 300 startups, de las cuales se seleccionaron 20 para realizar pruebas de concepto (POCs) con las diferentes corporaciones. Una de ellas es Lumio, la única plataforma sostenible que permite instalar, consumir y compartir energías renovables. Construyen comunidades energéticas virtuales y 100% renovables, tanto para particulares como para empresas. «Hemos participado en una docena de proyectos de aceleración, pero nunca en ninguno como Patio. Su enfoque se fundamenta en el éxito de las colaboraciones y no en la cantidad de startups aceleradas. Hay una voluntad real de que los proyectos salgan adelante, lo que agiliza los procesos. Aquí las cosas surgen de forma natural y cálida, tomando un café. Es cierto que tenemos acceso a la gran empresa, pero también hemos podido establecer relaciones con otras startups y encontrar puntos de encuentro y colaboración con ellas, porque aquí surgen muchas sinergias», manifiesta Alexis de la Heras, cofundador de la compañía.

Otro de los proyectos es el que lidera Galo de Reyna, If Returns, una plataforma para gestionar eficientemente las devoluciones en el comercio electrónico. Ofrece a minoristas un enfoque rentable y sostenible, reduciendo costes y residuos. Su objetivo es maximizar la retención de ingresos, mejorar la experiencia del cliente y reducir el impacto ambiental de las devoluciones. «El proceso para entrar en Patio implica una selección por parte de las corporaciones, quienes eligen las startups que mejor se adaptan a sus necesidades y retos, porque somos nosotras las que podemos aportar innovación práctica a las grandes compañías. Igualmente, ellas brindan toda su experiencia y conocimiento para mejorar los proyectos», destaca.

Por su parte, el propósito de Gravity Wave es limpiar la mayor cantidad posible de plástico de los océanos, especialmente redes de pesca, y transformar ese plástico recogido en materiales y productos de valor. Llegaron a Patio de la mano de BMW. «Lo que nos ofrece Patio es muy valioso porque nos permite moldear el negocio en base a proyectos tangibles con grandes empresas, algo que normalmente una startup no tiene al lanzar un producto al mercado. Podemos hablar directamente con ellas, y sentimos que el equipo de Patio es como un brazo más de Gravity, empujando e impulsando los proyectos», señala Amaia Rodríguez, cofundadora y coCEO de la compañía.

Todas las startups destacan así la sintonía y colaboración que se ha generado entre las corporaciones miembro. «La colaboración es la gran fortaleza de Patio. Ello hace posible que corporaciones de distintas industrias puedan buscar y encontrar soluciones conjuntas a través del ecosistema emprendedor, algo que no sería posible si cada empresa fomentara la innovación abierta de forma aislada», apostilla María Barrié.

La apertura internacional es también una parte fundamental de la visión de Patio Campus. El modelo disruptivo de Patio, basado en la participación «cross-sectorial», se considera una ventaja competitiva para atraer no solo startups españolas, sino también talento emprendedor del entorno europeo e internacional. La colaboración con entidades como Invest in Madrid facilita la conexión con startups internacionales que buscan oportunidades en la región. Además, las propias corporaciones miembro, al ser multinacionales, actúan como «exploradores» para identificar proyectos innovadores tanto dentro como fuera de España, facilitando su internacionalización.

Patio Campus» se erige así como un proyecto ilusionante y con una propuesta de valor clara para el ecosistema emprendedor en Madrid y que convierte a la región en el «Kilómetro 0» de la innovación en Europa.