Economía
La UE podría aumentar en 46.000 millones su producción de defensa sin elevar el gasto si integra su industria militar
En un escenario de plena integración industrial europea, la producción de defensa podría haber crecido un 37% en 2022, frente al 15% registrado realmente, advierte Funcas
La Unión Europea tiene el segundo mayor volumen de gasto en defensa del mundo, solo por detrás de Estados Unidos. Sin embargo, esa inversión no se traduce en una capacidad militar proporcional. Según un reciente artículo de Funcas titulado "Algunas claves económicas para una industria europea de defensa más integrada", la raíz del problema está en la fragmentación de la industria europea de defensa, que limita la eficiencia, encarece los costes y frena el desarrollo tecnológico. Actualmente, la producción industrial de defensa está concentrada en unos pocos países —Francia, Alemania, Italia, Suecia y España—, mientras que otras economías como Polonia o Rumanía han comenzado a aumentar su peso en el sector.
Sin embargo, existe una notable falta de coordinación entre los Estados miembros, con múltiples sistemas nacionales que compiten entre sí, provocando duplicidades, costes elevados y escaso aprovechamiento de economías de escala. Uno de los ejemplos más ilustrativos es que, por cada sistema de armamento que produce Estados Unidos, la UE genera hasta seis. En el caso de los tanques de batalla principales, la proporción es de 17 a 1. Esta dispersión también eleva los costes unitarios: fabricar un tanque Leopard 2A8 en Alemania cuesta 12 millones de euros más que un M1A2 Abrams estadounidense.
A esto se suma otro problema estructural: el limitado gasto colaborativo en innovación tecnológica (I+T). Aunque ha aumentado un 121 % desde 2017, sigue lejos del objetivo comunitario del 20 % del total. Entre 2017 y 2023, la brecha entre gasto total en I+T y gasto colaborativo se triplicó, revelando que los Estados miembros aún priorizan sus propios programas nacionales frente a una estrategia común.
El informe estima que, en un escenario de plena integración industrial europea, la producción de defensa podría haber crecido un 37 % en 2022, frente al 15 % registrado realmente. Esto representa un coste de oportunidad del 22 %, equivalente a 46.000 millones de euros —alrededor del 14 % del gasto total en defensa de la UE ese año—.
Según el autor de Funcas Miguel Ángel González Simón, el mayor impacto provendría de dos canales: el acceso a un mercado más amplio (que permitiría reducir costes y aumentar volúmenes de producción) y las transferencias de conocimiento tecnológico entre países. La integración permitiría a los países con mayor capacidad (como Francia o España) mejorar en términos absolutos, mientras que los Estados con industrias más pequeñas (como Portugal o Dinamarca) obtendrían beneficios relativos mayores al integrarse en las cadenas de valor europeas.
[H2:Barreras políticas, financieras y estructurales]] No obstante, el camino hacia una industria de defensa integrada enfrenta importantes barreras políticas, financieras y estructurales.
La falta de consenso político entre los Estados miembros sobre los conflictos armados, el proteccionismo nacional y las restricciones fiscales son obstáculos clave.
Además, las empresas europeas del sector tienen más dificultades para acceder a capital privado que sus homólogas estadounidenses, lo que limita su capacidad de expansión. A pesar de estas dificultades, el informe destaca que una mayor integración no solo mejoraría la eficiencia productiva, sino que también reforzaría la autonomía estratégica europea.
Estudios citados en el documento estiman que una cooperación plena podría generar ahorros de hasta el 30 % del gasto total en defensa de la UE, lo que equivaldría a cerca de 98.000 millones de euros.
Por ello, Funcas concluye que mantener la actual fragmentación supone una pérdida económica y estratégica significativa para Europa. Apostar por la integración industrial y por una gobernanza común permitiría a la UE responder con mayor agilidad y eficacia a los desafíos de seguridad actuales y futuros, sin necesidad de aumentar el gasto.