Aerolíneas
Portugal deja abierta la puerta a que el socio que entre en TAP participe en su gestión y tome después su control accionarial
Lisboa privatizará inicialmente un 49% de la compañía en la que está interesada IAG, matriz de Iberia
Portugal va desvelando detalles sobre la reprivatización de su aerolínea de bandera, TAP, a la que tuvo que rescatar con 3.200 millones de euros tras la pandemia del coronavirus. Aunque el plan inicial contempla la venta de sólo un 49% de la compañía -un 44% a un inversor y otro 5% a sus empleados-, el Estado portugués abre la puerta a que los interesados en la aerolínea, entre los que se cuenta IAG, matriz de Iberia, participen en la gestión de la compañía y posteriormente puedan hacerse con una participación mayoritaria del capital.
El decreto de privatización, promulgado el pasado 7 de agosto por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, detalla que la venta de una participación minoritaria de TAP "podrá implicar la concesión al inversor de referencia de derechos de participación que [...] le permitan influir decisivamente en la gestión de TAP".
La Presidencia portuguesa también abre la puerta a vender en una segunda fase la participación que ahora conservará el Estado. Así, asegura que la venta de una participación minoritaria le permite ahora "garantizar la protección de los intereses públicos relevantes". Y mirando al futuro, "optimizar la potencial revalorización de TAP, con vistas a una posible venta futura de la participación restante del Estado, cuyo precio incluirá necesariamente una prima sobre su control exclusivo".
Grupos como IAG mostraron en un primer momento, tal y como informó LA RAZÓN, sus reservas a acometer la operación si no implicaba lograr el control total sobre la operativa de la aerolínea. No obstante, en un evento celebrado en Dublín hace unos meses, Jonathan Sullivan, director de desarrollo corporativo de IAG, declaró que el grupo no descarta tomar una participación minoritaria en TAP que también permitiría "un camino hacia una participación mayoritaria".
El decreto de privatización estableces al respecto de esta cuestión el posible camino que podría tener la posterior venta de la participación que retendrá el Estado portugués. Así, explica que el Gobierno podrá determinar en el pliego de condiciones el derecho de preferencia y/o derecho de primera oferta a favor del inversor de referencia sobre futuras ventas de acciones representativas del capital social de TAP poseídas o controladas por el Estado portugués y/o el derecho de acompañamiento a favor del inversor de referencia en futuras ventas de acciones representativas del capital social de TAP poseídas o controladas por el Estado portugués.
Por el momento, se desconoce si el Ejecutivo conservador portugués ha decidido traspasar estas puertas que dejó abiertas la presidencia. A comienzos de septiembre, el Consejo de Ministros aprobó el pliego de condiciones para iniciar el proceso de reprivatización, pero ha ofrecido pocos detalles. Se sabe que Lisboa pedirá que el comprador reúna unos ingresos anuales superiores a 5.000 millones de euros en al menos uno de los últimos tres años, además mantener y ampliar las rutas a las Azores, Madeira y los países de habla portuguesa. El Ejecutivo portugués también ha pedido que el licitador sea una aerolínea o un grupo liderado por compañías aéreas. Además, evaluará el plan de crecimiento estratégico de cada licitador para TAP, el precio ofrecido y los compromisos para ampliar su flota.
Puja por la compañía
Tras la entrada de Turkish en Air Europa, TAP se ha convertido en la única aerolínea de red disponible en el mercado europeo, lo que ha despertado el interés de todos los grandes grupos del continente, IAG, Air France-KLM y Lufthansa, que cumplirían con los requisitos exigidos por Portugal. Para los expertos, IAG parte con cierta ventaja con respecto a sus competidores por dos cuestiones. La primera, el trabajo que el holding ha realizado en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas para consolidarlo como un importante "hub" en el sur de Europa, que consideran un buen punto de partida para un posible "multihub" con dos bases destacadas, Madrid y Lisboa. Y el segundo, y no menos importante para esta operación, es su capacidad demostrada para respetar la identidad nacional de TAP, algo que ya ha hecho con la irlandesa Aer Lingus, algo muy valorado por las autoridades portuguesas.
A su favor también jugaría la gran complementariedad que tendría con Iberia, un elemento importante dado que Portugal también pretende "crear sinergias con el inversor de referencia, con el fin de aumentar la competitividad de TAP en un contexto de consolidación del mercado", como recoge el decreto. Según un análisis realizado por AvBench, Iberia y TAP solo tienen en común como destinos Sao Paulo, Río de Janeiro y Caracas. Esto haría que la hipotética incorporación de la aerolínea portuguesa a IAG no ofreciese tantos problemas de monopolización de corredores como los que llevaron al fracaso de la compra de Air Europa y le permitiese incorporar a sus planes destinos brasileños como Recife, Fortaleza, Belem, Natal o Porto Alegre. Brasil, precisamente, ha sido señalado por el propio conglomerado hispano-británico que preside Luis Gallego como uno de los mercados con mayor potencial de crecimiento. En su último Capital Markets Day, la compañía destacó que el país suramericano es una oportunidad “no explotada”.
No obstante, la presidencia portuguesa no cierra la puerta a que, como ha ocurrido con Turkish Airlines y Air Europa, sea un inversor extracomunitario el que entre en el capital de la aerolínea portuguesa. Así, argumenta que la venta de una posición minoritaria "permitirá la participación de competidores extracomunitarios en el proceso de reprivatización, incrementando la competencia en el mismo, y la preservación en la esfera directa del Estado, mientras y en la medida en que ello esté justificado, de la capacidad de intervención en TAP, a la luz de los intereses públicos que claramente tienen el transporte aéreo y las áreas adyacentes".