Agricultura
La producción de cereales en Marruecos descenderá un 43% este año
La sequía, en un ciclo que dura cinco años, factor determinante de esta situación
La producción prevista de los principales cereales (trigo blando, trigo duro y cebada), para la campaña agrícola 2023/2024 en Marruecos se estima en cerca de 31,2 millones de quintales (100 kilos el quintal), frente a 55,1 2022/2023. Se trata de una caída de alrededor del 43% con respecto a la campaña anterior, segúnel Ministerio de Agricultura, Pesca Marítima, Desarrollo Rural y Agua y Bosques en un comunicado de prensa.
La superficie sembrada con cereales principales para esta campaña es de 2,47 millones de hectáreas frente a los 3,67 millones de hectáreas de 2022/2023, con una caída del 33%. La superficie aprovechable se estima en 1,85 millones de hectáreas, o casi el 75% de la superficie sembrada. Por especies, esta producción se distribuye entre trigo blando, trigo duro y cebada.
En términos de distribución territorial, tres regiones aportan el 84% de la producción nacional: Fès-Meknes con el 37,1%, Rabat-Salé-Kénitra con el 28,9% y Tánger-Tetuán-Alhucemas con el 37,1%. Además, la precipitación acumulada nacional al 22 de mayo de 2024 es de casi 237 mm, un 31% menos que una campaña normal (349 mm) y un 9% más que la campaña anterior (217 mm) de la misma fecha.
El índice de llenado de presas de uso agrícola a nivel nacional ronda el 31%, frente al 30% de la campaña anterior en la misma fecha.
Así, la campaña agrícola 2023/2024 se enmarca en una secuencia climática de cinco años muy difíciles. La distribución temporal de las precipitaciones se caracterizó por un retraso en las lluvias que provocó una larga sequía al comienzo de la temporada, lo que afectó negativamente a la siembra de los cultivos de otoño. Asimismo, la importante variación de temperaturas mínimas y máximas que caracterizaron la campaña provocó perturbaciones en los ciclos productivos de los cultivos.
En consecuencia, el aumento de las temperaturas durante el mes de noviembre, combinado con la falta de lluvias, acentuó el estrés hídrico en varias zonas cerealistas y provocó pérdidas importantes en las cosechas de cereales, particularmente en la región de Casablanca.
En cuanto a los cultivos arbóreos, la mejora de las condiciones climáticas a partir del mes de febrero coincidió con la etapa de cuajado y floración, lo que contribuyó a favorecer su desarrollo.
En lo que respecta a la horticultura, el mantenimiento del programa de rotación de cultivos en niveles satisfactorios a pesar de las difíciles condiciones climáticas y de las restricciones de riego en determinadas zonas ha permitido mantener la oferta en niveles satisfactorios. La producción hortícola durante las temporadas de verano, otoño e invierno permitió cubrir las necesidades del mercado nacional de hortalizas, en particular tomates, cebollas y patatas, con una producción del orden de 5,6 millones de toneladas. Las buenas condiciones meteorológicas de marzo tendrán efectos positivos en las rotaciones de primavera y garantizarán un suministro normal y regular en el mercado para los próximos meses.
El sector ganadero mantiene su equilibrio gracias a las medidas tomadas por el gobierno y la implementación del Programa para reducir el impacto del déficit de precipitaciones, según el ministerio. Este programa se refiere a la distribución de cebada subvencionada y de piensos compuestos subvencionados en beneficio de los ganaderos, así como al desarrollo y equipamiento de puntos de agua para abrevar el ganado.
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