Barcelona
Rafael Miranda: «No se puede estar en permanente inestabilidad política»
La Asociación para el Progreso de la Dirección celebra en Barcelona los días 21 y 22 su quinto congreso nacional.
La Asociación para el Progreso de la Dirección celebra en Barcelona los días 21 y 22 su quinto congreso nacional.
La Asociación para el Progreso de la Dirección lleva 62 años como foro de referencia de la actividad empresarial y directiva
¿Cómo nació la APD?
La APD es una historia de éxito. Nace en 1956 impulsada por un grupo de ilustrados, con el objetivo de formar directivos españoles en la economía de mercado. Durante muchos años ha sido el único foro de encuentro de formación e información y relación entre empresarios y directivos.
De aquella economía, que ni siquiera era de mercado, se ha pasado a una organización internacional.
A mediados de los noventa tomamos la decisión de regionalizar la APD. No hay ninguna organización que tenga tanta presencia regional. Cuando llego yo a APD, en 2011, existía APD Marruecos, pero no había más APD vinculadas a otros países. Hicimos una reflexión y barajamos la idea de si en algún país latinoamericano tenía sentido promover una APD. Así se crearon en Colombia, en Perú, ahora en Portugal y Ecuador, y, próximamente, en México.
¿Hasta dónde se pretende llegar en el exterior?
No queremos sucursales en el país; queremos asociaciones en las que los propios empresarios sean el motor y que las empresas españolas que están allí formen parte de esa base de empresarios. Ahí están los cimientos de lo que queremos crear, la Comunidad Internacional de Directivos, que no existe en el mundo.
¿Ha cerrado la APD la internacionalización ya?
El reto ahora es México. Luego habrá que pensar en Chile...
La APD fue el principal punto de encuentro de políticos, empresarios y la sociedad.
En aquel momento la única institución española que había para poder llevar a cabo esos encuentros era la APD. Yo mismo, cuando era un joven ingeniero, conocí a Felipe González, al igual que otros 500 empresarios, en un encuentro de la APD, antes incluso de tomar posesión como presidente del Gobierno.
¿Que se persigue ahora?
Hacemos más de 600 jornadas, seminarios y cursos, por los que pasan más de 50.000 directivos. Tenemos más de 3.500 empresas asociadas. Estamos en cifras de récord
¿Una asociación empresarial puede sobrevivir de forma independiente?
La APD lo tiene a gala. Nosotros no somos un «thing tank». Hay dos clases de socios: normal y protector (350 en España). Este número te da mucha independencia. Vivimos de nuestros socios y de los patrocinadores. No tenemos subvenciones públicas.
La próxima semana celebran el V Congreso nacional de Directivos en Barcelona?
Contamos ya con más de 2.000 inscritos para los días 21 y 22.
¿Cuál es tema?
La empresa humana. Estamos inmersos en la presión de la revolución tecnológica y empieza a haber voces que se preguntan dónde está el hombre en medio de todo esto.
¿Por qué Barcelona, teniendo en cuenta la situación política que vive?
Hemos celebrado congresos en Valencia, Santiago, Bilbao, y Madrid. Tomamos la decisión el año pasado por estas fechas, cuando el momento era peor aún. Lo hicimos con la clara intención de proclamar que nosotros somos integradores. ¿Cómo ve el actual momento económico?
Con cierta preocupación. Los tres grandes objetivos que hay siguen siendo la mejora de la posición competitiva de nuestra economía, la generación de empleo y la reducción de la deuda pública. Se había conseguido un horizonte de crecimiento movido por los vientos de cola, pero ahora aparecen signos de desaceleración. El objetivo de crecimiento tiene que ser fundamental. Nadie en este país discute la función de reparto de la tarta, pero para repartir tarta tiene que haber tarta. Yo aplaudiría cualquier medida que enfatice el crecimiento. Hay que mirar bien las medidas que se toman, porque si no ayudan al crecimiento, mal; si no ayudan a ser ortodoxos con el déficit público, mal. Y todo esto unido a la incertidumbre política que se vive. Lo que el empresariado quiere es certidumbre. Nos estamos acostumbrando a lidiar las cosas con ambientes de incertidumbre.
¿No se escucha demasiado ruido en la calle?
Los aliados del Gobierno en vez de ayudar a tirar para adelante ponen rémoras.
¿Presupuestos nuevos ocontinuar con los actuales?
Si los Presupuestos no tienen como objetivo crecer, mejorar la competitividad, el empleo... casi mejor es seguir como estamos.
¿Qué le parece elevar el gasto a costa de subir los impuestos permanentemente?
Tenemos una experiencia de Gobiernos anteriores y sólo hay que recordar a dónde nos llevó.
¿Ve riesgo de recesión?
Hay una desaceleración clara, nada de recesión. Pero toda recesión se inicia con una desaceleración.
¿España sigue siendo atractivo para la inversión?
Sigue siéndolo. Los grandes actores (fondos de inversión) están invirtiendo mucho dinero en España, pero no hay que bajar la guardia en el estado de derecho y la seguridad jurídica, porque sin eso aquí no va a invertir nadie, y segundo, la seriedad en la regulación en los sectores que están. Se enfatiza mucho desde fuera. Es verdad que hay mucho dinero en el mundo, pero también muchos sitios donde invertir.
¿Y cuenta la política?
La estabilidad política es clave. No se puede estar en permanente inestabilidad política, porque eso pasa factura a la economía.
✕
Accede a tu cuenta para comentar