Buenos Aires
Repsol blinda la indemnización de 3.600 millones por YPF
Punto y final. Con el rimbombante «Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación», Repsol y Argentina han puesto fin al encarnizado enfrentamiento que mantenían desde abril de 2012, cuando el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner le arrebató a la firma española, sin previo aviso ni intención de indemnizarle, el 51% que tenía en la petrolera argentina YPF. En virtud del acuerdo, Repsol se asegura, a través de varias garantías, el cobro por parte del país suramericano de 5.000 millones de dólares –3.600 millones de euros– , que le serán entregados en forma de deuda soberana argentina, de la que podrá disponer cuando quiera. El pacto fue ratificado ayer por unanimidad por el consejo de administración de la petrolera, con el voto favorable de Pemex.
Desde que ambas partes se sentaron a negociar a finales del pasado año, la obsesión de la petrolera española ha sido siempre que el Gobierno argentino le ofreciese garantías de cobro. Y, finalmente, lo ha conseguido. Para empezar, Argentina entregará a Repsol bonos por un valor nominal que garantice un valor de mercado de al menos 4.670 millones de dólares con independencia de que esa deuda se pueda devaluar.
Emisiones
Para ello, habrá una cartera inicial de bonos por un valor nominal de 5.500 millones que se completaría si hace falta con otra adicional de otros 1.000 millones que permita alcanzar el citado valor real. Fuentes de Repsol explicaron que la teórica pérdida de 330 millones de dólares que resultaría si el valor real fuese de 4.670 millones se enjugaría con los intereses que ofrecerá la deuda –un cupón del 8,75% en algunos casos–, cifrados en entre 400 y 500 millones de dólares al año. De hecho, si la petrolera mantuviese los bonos hasta su vencimiento –que en el caso de alguna de las emisiones alcanzan hasta 2033–, podría embolsarse 5.000 millones de capital y entre 4.500 y 5.000 más de intereses. No obstante, la intención de la petrolera es ir desprendiéndose de la deuda cuando el mercado lo vaya permitiendo, explicaron las fuentes.
Los intereses, sin embargo, no computarán como parte de la indemnización. Según lo pactado, la deuda de Argentina frente a Repsol sólo se dará por saldada con el cobro total de la misma «ya sea con la enajenación de los bonos o con el cobro regular de la deuda a sus respectivos vencimientos», lo que garantiza a la petrolera española que ingresará de forma íntegra los 5.000 millones de dólares. Además, como garantía adicional, Argentina reconoce que, en caso de impago de los títulos, Repsol tiene derecho a reclamar en arbitraje internacional a Uncitral –Reglamento de Arbitraje de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional–, a pesar de que ambas partes desisten con el acuerdo a las acciones judiciales o arbitrales ya interpuestas u otras posteriores. Como último seguro, el nuevo bono que Argentina emitirá para garantizar los 5.000 millones de dólares, denominado Bonar 24 y que tiene un valor nominal de 3.250 millones de dólares, dispone de una garantía específica de cobro durante los primeros 18 meses, lo que permite a Repsol maniobrar sin prisas y analizar cómo quiere gestionar la nueva cartera de bonos.
Excedente
A cambio de estos seguros, Repsol garantiza a Argentina que una vez recuperados los 5.000 millones de dólares, los bonos no vencidos se darían por amortizados. Si de la venta de la deuda obtuviese una cantidad superior a esos 5.000 millones, devolvería el exceso al Tesoro del país suramericano.
El acuerdo, que será rubricado mañana en Buenos Aires, tendrá que ser ahora aprobado tanto por la junta de accionistas de Repsol, convocada para el 28 de marzo, como por el Congreso argentino. El pacto, no obstante, no implica el abandono definitivo de Repsol de Argentina, pues todavía tiene el 12,5% de YPF. «No queremos seguir allí, pero venderemos con calma. La acción de YPF subirá con el pacto, pues nadie esperaba ningún acuerdo», explicaron fuentes de la petrolera. Tras el acuerdo y las provisiones de 1.279 millones de euros que Repsol tuvo que hacer para adaptar la valoración de las acciones expropiadas de YPF al importe fijado en el acuerdo de compensación, la petrolera obtuvo en 2013 un beneficio neto ajustado de 382 millones de euros.
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