Opinión
Roig, Calviño, Planas y los precios
Los precios baratos se han marchado por un tiempo
He soñado que alguien del Gobierno coge el toro por los cuernos y dice claramente a los consumidores que los precios «baratos» de los alimentos se han marchado por un tiempo y que nos tendremos que acostumbrar a que la cesta de la compra nos costará bastante más que hace un año y, sobre todo, que hace dos. Y entiendo por «baratos» los precios que había al principio de la primavera de 2021, fecha en la que Juan Roig, el máximo responsable de Mercadona, sitúa el comienzo de la inflación en el caso de los alimentos. Este último afirmó el pasado martes, durante la presentación de resultados de la compañía, que «no sabemos hasta cuando continuarán los incrementos de los precios», aunque también dejó entrever que esta tendencia alcista seguirá un tiempo más. ¿Por qué? Pues hay varias razones, la guerra, climatológicas, subida de la energía, el transporte, otros costes de producción y, especialmente, los aumentos de los precios en origen. En lo que va de marzo se han registrado nuevos máximos históricos en el caso del porcino blanco, los huevos y de la leche; también estamos muy cerca de los récords en pollo y aceite de oliva. Asimismo, se han disparado en muchas hortalizas y en algunas frutas. Salvo que se produzca un cambio de tendencia muy brusco en la segunda quincena de marzo, en este mes también subirá el componente alimentación del IPC, porque si aumentan los precios en origen, esas alzas llegarán a los consumidores.
El 8 de febrero Nadia Calviño dijo que ya había notado en su cesta de la compra el efecto de las medidas adoptadas por el Gobierno, porque algunos precios habían bajado. Preguntada por muchos, no quiso desvelar dónde compraba ella. Días después, el 20 de febrero, otro gran pitoniso, en este caso Luis Planas, afirmaba de forma rotunda que los precios de los alimentos ya habían tocado techo. Y lo hizo a pesar de que sabía que las cotizaciones en origen de muchos productos estaban subiendo. La aparición del IPC de febrero ha puesto las cosas en su sitio. ¿Hay alguna solución? Pues una de ellas puede resumirse en este lema: «contra la inflación, mayor producción». Pero las normas de la UE van en sentido contrario.
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