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La subida de costes y tipos y la restricción del crédito coloca a las pymes contra las cuerdas
Las pymes arrastran un alza acumulada de gastos del 27% en dos años, con unas cotizaciones mínimas un 50% más altas. Las ventas solo han crecido un 14%. La energía es el doble de cara que en 2021 y las cotizaciones y el alza del SMI disparan los costes laborales
La «fuerte contracción» sufrida por los márgenes empresariales de las pymes durante los últimos dos años tiene que ver con una subida de costes del 27% –pese a la aparente mejoría de la economía y la desaceleración de la inflación–, que está poniendo contra las cuerdas la viabilidad del principal tejido empresarial español, ya que no basta con que el ritmo de subida de los costes generales se haya desacelerado por el «efecto base» que supone comparar precios con un año de fuertes subidas, alzas laborales más altas, haberse encarecido el crédito y la energía, y a apreciarse una progresiva ralentización de las ventas.
Así lo marca el último «Indicador sobre la situación de las pymes Españolas», que elabora periódicamente la patronal Cepyme. Según este informe, los costes totales en las pymes durante el primer trimestre han subido un 2,2%, que «a priori» resultaría una «ralentización con respecto a anteriores trimestres», indica el texto, pero que «en realidad» la consideran «ficticia», porque la reducción del 3,5 % del precio de la energía «no basta para abaratar los costes», ya que todavía es el doble de cara que en el primer trimestre de 2021, tras subir un 107,8% en dos años. A esto se suma que las pymes han visto mermado su acceso a la financiación, al duplicarse el coste de los nuevos créditos un 3,9%, en tanto que los servicios e insumos han subido por encima del 1% y las cotizaciones crecen el 4,4%.
Con estas cifras sobre la mesa, la situación de las pymes dista mucha de ser boyante, sobre todo si se tiene en cuenta la relación entre los costes asumidos, los gastos y los ingresos. Así, los empresarios ven con preocupación la subida media de los costes laborales en el primer trimestre de 2023 (4,4%), que ha tenido una incidencia mayor entre las pequeñas empresas (4,7%) que entre las medianas (3,5%). Este aumento ya recoge los incrementos salariales, pero también evidencia el desigual impacto del alza de las cotizaciones y del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que incide de distinta manera según el tamaño de empresa, sobre todo por los sobrecostes que ya vienen precedidos de las subidas acumulativas de cotizaciones sufridas por las empresas durante los últimos cinco años.
Así, desde 2018, las bases mínimas de cotización han subido cerca de un 50% y las máximas un 18,5%, y se ha registrado la primera subida de tipos de cotización de los últimos 40 años, amplificada con la reforma de pensiones. Unas cifras que contrastan con las de las ventas de las pymes, que crecieron claramente por debajo de esos incrementos, un 14% interanual en el primer trimestre, el menor crecimiento de los últimos seis trimestres, marcado además por la «sobrevaloración» provocada en «cómputo nominal por la inflación», detalla la patronal, máxime cuando es el menor crecimiento de las ventas en los últimos seis trimestres. Si además se elimina el efecto de la inflación, el alza de las ventas en el último trimestre fue de apenas 3,8% interanual.
Asimismo, los datos de ventas corregidos por los cambios en los precios se han desplomado desde el 8,3% del último trimestre de 2021 hasta el 0,7% en el cuarto trimestre de 2022, para repuntar un tímido 3,8% en el primero de este año. Comparados los volúmenes de ventas del primer trimestre de 2023 con el correlativo de 2019, se constata un incremento de sólo el 3,3%, desagregado en un aumento acumulado del 7,7% en las medianas y un 1,5% en las pequeñas.
A la incidencia directa sobre los resultados de las empresas que tiene la subida de costes –ya sea por la inflación, las cotizaciones o el SMI– se une el hecho de que el tipo de interés medio del crédito bancario nuevo se ha más que duplicado, pasando del 1,9% del tercer trimestre de 2022 al 3,9% entre enero y marzo de este ejercicio, por lo que se ha producido un aumento cercano a los 200 puntos básicos en seis meses, el mayor para un periodo similar en 25 años, «lo que amenaza los márgenes empresariales de las pymes», advierten los empresarios.
Se materializa así un contexto de restricción de la financiación bancaria coexistente con una contracción del crédito comercial. La concesión de nuevos préstamos a pymes en el primer trimestre llegó a 43.800 millones, cifra similar a la de los tres trimestres anteriores. Aunque estos volúmenes de nuevos créditos son alrededor de un 6% mayores que los del primer trimestre de 2019, «se trata de un incremento de la financiación más aparente que real, ya que en esos cuatro años la inflación acumulada fue del 16%», recuerdan fuentes empresariales, porque el nuevo crédito financia un 10% menos en términos reales.
La situación queda patente al contraponer el peso de la nueva financiación bancaria con las ventas. Mientras que, en el primer trimestre de 2019, los nuevos préstamos equivalían al 19% de las ventas (21,2% para las pequeñas y 14,1% en el caso de las medianas), en el mismo período de 2023 fueron el 15,4% (17,3% las pequeñas y 11,2% las medianas), casi cuatro puntos menos. Todo este cóctel letal pone en peligro de viabilidad de miles de pymes los próximos meses. «Se va a ver enseguida», avisan los empresarios.
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