Los enemigos de la recuperación de España

Un cambio esperanzador

La Razón
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Con el cambio de signo político del Gobierno en España tras las elecciones de marzo de 2004 y la posterior retirada unilateral de las tropas españolas desplegadas en Irak se produjo un periodo de enfriamiento de las relaciones bilaterales entre España y EE UU, enfriamiento que, tuvo más una traducción en el plano de los símbolos políticos y en particular con la ausencia de visitas de relieve como la ausencia de Obama en Madrid en 2009, que en el plano de las relaciones económicas y comerciales. Con el encuentro entre Rajoy y Obama se recupera el tono de la buena relación entre los dos países.

Las relaciones transatlánticas con España y con la UE continúan ahora renovadas por las negociaciones para la firma de un acuerdo sobre comercio e inversiones. En la última reunión, el 28 de noviembre de 2011, en Washington, EE UU mostró su preocupación por la crisis económica y financiera europea, aspecto que pone en contexto la importancia del encuentro en un momento en el que España visibiliza su vuelta a los mercados. Quizás Europa no sea la prioridad más relevante, pero el interés de EE UU por Europa persiste y España es uno de los países que más apoya el proyecto de concluir dicho acuerdo. Las negociaciones se iniciaron en julio del 2013 y, si bien se ha venido anunciando el interés por parte de la Administración Obama de que concluyan antes del fin de su mandato, seguramente se extenderán en el tiempo.

Las cifras son contundentes, tanto en lo que respecta a las relaciones comerciales –EE UU representa el sexto destino de la exportación española, un 4,05% del total; mientras que Estados Unidos ocupa el séptimo puesto dentro de los proveedores de España con un 3,85% del total–, con respecto de la creciente inversión, ocupando EE UU el tercer lugar por posición inversora de España en el exterior, gracias a la inversión de los últimos años por parte de empresas españolas servicios financieros, suministros de energía eléctrica. así como de seguros.

En sentido inverso, la posición de Estados Unidos también es privilegiada. Atendiendo a datos de la Dirección General de Comercio e Inversiones, EE UU ocupa el segundo puesto en stock de inversión directa en España, mientras que la inversión bruta le convierte en el primer inversor. Los principales sectores de inversión son el comercio, el suministro de energía eléctrica, la industria química y las telecomunicaciones.

Puede decirse, por último, que se abre entre España y EE UU la posibilidad de un prometedor futuro en el plano de las relaciones bilaterales. En ello incide cada vez más el peso de lo «hispano» en EE UU, tanto en el plano cultural como en el económico y político, pues no en vano los hispanos representan ya más del 15% de la población (unos 50 millones en 2010) y se estima que llegarán en 2050 al 24,4% (con 102 millones).

*Responsable del Servicio de Estudios y Análisis de Asinver