Alquileres e hipotecas
Las vacaciones y el tiempo libre, principales sacrificios de los españoles que no pueden pagar su vivienda
Casi seis de cada diez inquilinos tiene problemas para pagar el alquiler, frente al 40% de los hipotecados
Comprar o alquilar una vivienda requiere, en múltiples ocasiones, una serie de sacrificios económicos que no son plato de buen gusto para nadie. De hecho, actualmente, casi seis de cada diez inquilinos (57%) reconocen que afrontan problemas respecto al pago mensual de su alquiler frente al 40% de la población hipotecada que declara lo mismo en cuanto a las cuotas, porcentajes preocupantes pero que demuestran la evidente crisis de vivienda que no encuentra consenso ni en soluciones ni en culpables.
Es por esto que casi ocho de cada diez inquilinos (78%) admiten que se han visto obligados a recortar gastos para poder pagar el alquiler, proporción que, en el caso de los hipotecados, desciende hasta el 64%. Así se desprende del análisis “¿Cómo afronta el pago de la vivienda los españoles?” realizado por Fotocasa Research, en el que señalan como principal partida en la que se recorta el presupuesto es la destinada a vacaciones y tiempo libre, comportamiento que comparte el 54% de los inquilinos y el 42% de los hipotecados, reduciéndose también su libertad de descanso, algo que puede acabar afectando seriamente a su bienestar, no económico, pero sí mental.
El siguiente gasto del que más se prescinde es el del ocio cotidiano fuera del hogar, o lo que es lo mismo, el desembolso dedicado a cines, restaurantes, etc.; una renuncia que alcanza al 47% de los que pagan alquiler y al 36% de los que se encuentran sujetos a un contrato hipotecario. Continúan esta lista de descartes las compras personales, ámbito que engloba a los complementos, ropa, perfumería, cosmética, etc., desembolso que los inquilinos reducen un 46% y los hipotecados un 33%.
Más graves son los recortes que deben realizarse en la compra de alimentos, un gasto prácticamente imprescindible en el que un 24% de los arrendatarios y un 15% de los hipotecados se ven obligados a reducir el presupuesto si quieren tener fondos suficientes para pagar su vivienda. En este sentido, también hay que tener en cuenta que, en los últimos años, la cesta de la compra se ha ido encareciendo mes a mes al verse incrementados los costes de la producción, comportamiento derivado de la tendencia inflacionista que el Gobierno intentó mitigar reduciendo el IVA de los alimentos básicos, medida que se quedó en 2024 y que ha vuelto a encarecer decenas de productos del supermercado. Esto ha empujado a miles de familias a reducir el gasto en alimentación para hacer frente a otros pagos, como el del tema que nos atañe, la vivienda.
De la misma forma, también resultan relevantes los esfuerzos de contención que realizan los inquilinos en materias como el pago de seguros (hogar, coche, salud…) y de servicios del hogar (suministros, reformas o seguridad). En ambos casos, las reducciones afectan al 18% de los consultados por Fotocasa para su estudio.
Las mujeres afrontan más dificultades
Al analizar el tipo de particular que hace frente a situaciones complicadas para pagar su vivienda, bien sea como inquilinos o como hipotecados, lo primero que se observa a partir del análisis de Fotocasa es que se trata de un perfil feminizado, algo que desde la plataforma relacionan con el hecho de que las mujeres son el 56% de quienes viven de alquiler y el 53% de las que cuentan con hipoteca.
En relación con el nivel socioeconómico, en ambos colectivos predomina el tramo medio: 40% en los inquilinos y 41% en los hipotecados. Es en los extremos donde se aprecia la verdadera diferencia. Así, en el índice alto o medio alto se sitúan solo el 27% de quienes viven de alquiler, mientras que los hipotecados son el 35%. Ocurre lo contrario en el tramo bajo o medio bajo: 32% los inquilinos y 24% los hipotecados.
En lo que a la edad respecta, se observa que, de entre los que los que enfrentan dificultades, son más jóvenes los inquilinos (42 años) que los hipotecados(47 años). Esta diferencia de edad está directamente relacionada con la situación de ambos colectivos, pues los jóvenes suelen estar más relacionados con el mundo del alquiler al no contar con los fondos necesarios para adquirir una vivienda en propiedad; mientras que los que son más mayores consiguieron una hipoteca hace años, teniéndola casi o prácticamente pagada. Así, mientras que en los arrendatarios los problemas se presentan de modo más transversal, destacando el tramo entre los 25 y los 34 años, con un 25%, en el caso de los hipotecados las dificultades se concentran en el segmento situado de los 45 a los 54, con un 36%