Editorial

El trienio decepcionante

Los españoles dan la espalda al Gobierno porque ha fallado en el fondo y en las formas

Pedro Sánchez ha cumplido tres años en La Moncloa. Es siempre una efeméride propicia para realizar el balance de su trabajo, de cómo ha impactado en el destino de España. Hay que preguntarse si el panorama del conjunto nacional y el de la ciudadanía es mejor, peor o equiparable al momento en el que el presidente pisó por primera vez La Moncloa. Es la forma honesta de evaluar su papel. A nuestro juicio, el saldo de la acción ejecutiva del líder socialista es negativo. Supone una tarea compleja, casi imposible, diríamos, hallar un segmento de la vida nacional que pueda haber sido influido de forma positiva por las actuaciones gubernamentales. Obviamente, y es preciso admitirlo sin ambages, que sería injusto no contextualizar el trienio sanchista en la peor crisis en décadas, sistémica y global, provocada por la pandemia del coronavirus. Ha supuesto un test de estrés de la máxima exigencia no solo para las sociedades, sino para los gobernantes de todo el mundo y las capacidades de cada uno para afrontar las adversidades y tomar las decisiones correctas y razonables con que sortear encrucijadas endemoniadas y dramáticas. Pedro Sánchez no ha sido el mejor capitán en esta tormenta perfecta, y España ha padecido una de las peores sacudidas por el covid de todo el orbe sin que desde el puente de mando se acertara con un rumbo suficientemente sensato y admisible. La evolución de los indicadores, pero sobre todo la realidad, han desmentido el credo de la Moncloa de que España y los españoles han salido más fuertes. No ha sido así ni en lo económico, ni en lo institucional, ni en lo social ni siquiera en lo emocional. Nuestra democracia no atraviesa una etapa robusta ni brillante y la estrategia promovida desde la presidencia ha resultado decisiva en ese deterioro. Ese gris papel ha inducido el desgaste del poder que la opinión pública y el electorado expresan en cuanto se les brinda la oportunidad. Hoy suman más españoles críticos con la gestión de Sánchez que hace tres años. Son mayoría. Que la alternativa a la izquierda crezca, según la demoscopia, se entiende como una secuencia y réplica naturales e inevitables a los errores serios en casi todos los ámbitos de la vida pública. La encuesta de LA RAZÓN retrata y recoge esa decepción con el suspenso, 3,8, con que se valora al Ejecutivo, y con la descalificación mayoritaria de sus principales resoluciones. Ni en el fondo ni en las formas se ha conectado con una sociedad que ya apuesta por el cambio.