Cargando...

Editorial

Madrid, ejemplo de fiscalidad responsable

A pesar de recaudar menos por habitante que otras comunidades, Madrid logra recaudar más en términos globales gracias a su dinamismo económico: una menor carga fiscal estimula la inversión, el consumo y la creación de empleo, lo que amplía la base impositiva y permite sostener los ingresos públicos

Desayuno informativo con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso J.P.GandulEFE

La obsesión del Gobierno por exprimir a ciudadanos y empresas con una presión fiscal creciente en busca de batir cada año el récord de ingresos tributarios por parte de Hacienda mantiene una curva hacia arriba en sentido contrario a la que describe la presión impositiva en la Comunidad de Madrid, que se ha consolidado como la región con los impuestos más bajos de España. Su política fiscal, basada en la moderación tributaria y en la defensa de la competitividad económica como motor de crecimiento y atracción de inversión, ha convertido a Madrid en uno de los principales polos económicos del país, liderando el ímpetu del mercado laboral y atrayendo tanto a empresas nacionales como internacionales.

Por ello, la Comunidad de Madrid ha recibido por sexto año consecutivo el reconocimiento del Índice Autonómico de Competitividad Fiscal al territorio español con los impuestos más bajos, lo que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso considera un «espaldarazo» a la política económica de la región.

Uno de los pilares de esta estrategia es la reducción de los impuestos autonómicos. Madrid aplica los tipos más bajos en el IRPF, con rebajas en todos los tramos autonómicos. Además, ha eliminado o bonificado al máximo tributos como Patrimonio o Sucesiones y Donaciones, medidas que la diferencian del resto de comunidades. En concreto, la bonificación del 99% en Sucesiones y Donaciones entre familiares directos facilita la transmisión del patrimonio familiar y empresarial sin una carga fiscal significativa. Y el Impuesto sobre el Patrimonio está bonificado también al 100%, lo que ha contribuido a atraer grandes fortunas y empresas que buscan un entorno fiscal más favorable. Este marco tributario ha convertido a Madrid en la sede de muchas compañías que trasladan su domicilio social desde otras regiones con mayor presión fiscal, sobre todo desde Cataluña.

A pesar de recaudar menos por habitante que otras comunidades, Madrid logra recaudar más en términos globales gracias a su dinamismo económico: una menor carga fiscal estimula la inversión, el consumo y la creación de empleo, lo que amplía la base impositiva y permite sostener los ingresos públicos. De hecho, Madrid es la comunidad que más aporta al sistema de financiación autonómica, lo que demuestra la eficacia de su modelo económico.

El debate sobre el efecto capitalidad y el presunto «dumping» fiscal sigue abierto, pero los datos confirman que la política tributaria madrileña ha favorecido un entorno económico competitivo y atractivo, que se distingue por haber apostado por una presión fiscal reducida como instrumento para promover el crecimiento, la inversión y la prosperidad, consolidándose así como la región con mayor proyección de España.