Formación

¿Es seguro estudiar fuera de España con la pandemia?

Los estudiantes españoles que se forman fuera llevan un año de cambios constantes. La mitad de ellos volvió según empezó el primer confinamiento. Sin embargo, este curso están realizando sus estudios casi con normalidad

España es el país con más alumnos extranjeros y el que más estudiantes envía al resto del mundo
España es el país con más alumnos extranjeros y el que más estudiantes envía al resto del mundolarazon

Cuando llegué tenía un poco de miedo porque pensaba que el Covid me iba a condicionar mucho más, pero estaba equivocada. Pese a la pandemia estoy viviendo una de las mejores experiencias de su vida», dice Laura Núñez, estudiante de primero de Bachillerato desde Minnesota. Ella es una más entre los cientos de estudiantes que a pesar de la pandemia han decidido, junto a sus padres, no renunciar a estudiar fuera de España. Y es que «a pesar del descenso del 30 % de las salidas en 2020, se prevé un importante repunte para 2021 de hasta el 150%», dice Óscar Porras, presidente de la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce), la patronal del sector.

Como no hay certeza de que los famosos cursos de verano puedan hacerse este año (el pasado no se hicieron) mucho padres han apostado por las modalidades de curso académico completo, también aprovechando que las familias, de momento, cuentan con más ahorros. De hecho, según datos de la patronal unos 10.000 alumnos cursarán la ESO y Bachillerato en el extranjero el próximo año académico. El último año ha sido una montaña rusa de cambios para los estudiantes en el extranjero. Los primeros meses, cuando se decretó el confi amiento en casa, muchos alumnos regresaron a sus casas para seguir con sus formaciones online.

Según Asoproce calculan, sin embargo, que la mitad de los estudiantes optó por quedarse con sus familias de acogida, aunque también ellos tuvieron que completar el curso en formato digital. «Tras rebajar las restricciones, países como UK permitieron a muchos de sus alumnos volver a sus centros y seguir con sus clases para comenzar el año escolar. Con la llegada de las vacunas, y las previsiones, todo apunta a que los cursos en el extranjero podrán realizarse con normalidad, siempre manteniendo y respetando las medidas de seguridad que cada país establece.

Si una cosa está clara es que la educación no se puede parar, y más en edades clave para el crecimiento, desarrollo y la formación de los estudiantes», explica Alonso Enrique González de Gregorio, director adjunto de la consultora educativa The Georgian Manor House. Las reglas a seguir por los estudiantes españoles han variado un poco en función del país; algunos han tenido que hacer cuarentenas de 14 días –o de 10 cuando se empezaron a reducir– nada más llegar a sus centros y una vez transcurrido el confinamiento, se han incorporado al colegio con las normas que rige cada centro. «La mayoría establece burbujas, pero lo importante es que los escolares convivan con compañeros de su misma edad, realizando todas sus actividades académicas, deportivas y de cualquier otra índole en la propia escuela», continúa González.

En cuanto a la modalidad, como en todo este año, ha ganado peso la parte digital. «La pandemia ha obligado a toda la comunidad educativa (centros, alumnos, profesores y familias) a adoptar nuevas metodologías de aprendizaje, crear nuevas estrategias y madurarlas en un tiempo récord. Las familias, por otro lado, han tenido una urgencia, totalmente imprevista, de buscar y utilizar recursos online que con frecuencia desconocían.

En este marco, todo lo relacionado con la digitalización ha tenido una importancia vital para poder, por una parte, aprender y evaluar en casa y, por otra, mantener el contacto con el resto de la comunidad», explica David Bradshaw, responsable de Servicios de Evaluación para España y Portugal del Cambridge Assesment English. Y es que estudiar este idioma siempre ha sido una de las principales motivaciones para salir fuera. «El formato digital no sustituirá a las clases presenciales, pero las complementa. Las llamadas, los chats, zooms y demás herramientas de estudio son ya parte del día a día de los estudiantes e irán desarrollándose para sumarse a las nuevas formas de estudiar y trabajar.

Aunque la enseñanza, y más cuando se opta por hacerla en el extranjero, necesita complementarse con las relaciones personales entre alumnos, profesores y compañeros. Forma parte de la experiencia de estudiar en un país que no es el tuyo, y que solo se consigue viviéndolo en primera persona», continúa Bradshaw.

Por otro lado, a las plataformas y herramientas digitales se va a unir la Inteligencia Artifi cial (IA). Esta permitirá un aprendizaje y una evaluación cada vez más personalizada y adaptativa. Por otra parte, «hay muchos ejemplos de centros educativos en todo el mundo que están experimentando con redes digitales abiertas, apoyadas por tecnología blockchain para acreditar las habilidades extracurriculares que los estudiantes están desarrollando junto con sus estudios reglados. Esto permite a los estudiantes construir un portfolio digital personalizado que puede ayudar a los futuros empleadores a verifi car más fácilmente las habilidades, intereses y logros de los graduados Cambridge», dice Bradshaw.

Seguridad

La seguridad ha sido una de las grandes preocupaciones de las familias durante todo este año, aunque desde la consultora educativa The Georgian Manor House afirman que muchos centros han optado por incluir personal sanitario para velar por la salud de sus alumnos, o a realizar PCR periódicamente a estudiantes y personal del propio centro, así como destinar una zona específica para aquellos alumnos que deben pasar la cuarentena. Otro detalle que ha cambiado es el tema de las visitas, sobre todo para los alumnos que están en Europa y que solían venir varias veces a lo largo del año. Este año ha habido bastante menos tránsito.