El PS, en cabeza pese al "caso DSK"

Inocente o culpable, la carrera política de Dominique Strauss-Kahn está acabada. Las imágenes del ex director gerente del FMI esposado y con la mirada perdida permanecerán por mucho tiempo en la retina de los franceses, poco acostumbrados a ver en esta guisa a uno de su dirigentes. La justicia espectáculo que tanto gusta en Estados Unidos está muy lejos de los usos y costumbres franceses.

Más allá de la estupefacción general, la detención de DSK dejó en estado de "shock"a los socialistas franceses, que piano a piano veían más cerca su conquista del Elíseo quince años después de la salida de François Mitterrand. Pese a que aún no había oficializado su candidatura, ya era un secreto a voces que Strauss-Kahn preparaba su desembarco en la política francesa tras su exitoso mandato al frente del FMI. Y su instinto no parecía estar errado. El 75% de los ciudadanos tenía una opinión favorable sobre el dirigente socialista. Ahora esta simpatía ha descendido hasta el 42%.

Poco antes de ser detenido bajo la acusación de intento de violación, el ex ministro de Economía francés (1997-1999), reconocía en una entrevista al diario "Liberation"su telón de aquiles: "La pasta, las mujeres y mi condición de judío". "Sí, me gustan las mujeres. ¿Y qué? (...) Desde hace varios años se habla de unas fotos de orgías gigantes, pero no he visto que haya salido nada. ¡Que las enseñen!", retaba DSK.

Sin embargo, pasada la tormenta, poco ha cambiado en la carrera por el Elíseo. El "caso DSK"no ha desbancado a los socialistas de su condición de favorito en todas las encuestas. A su vez, Sarkozy, con los peores índices de popularidad de un presidente de la V República (34%), no ha conseguido obtener rédito político de su principal rival.

Y es que el viento parece soplar a favor de los socialistas. Según una encuesta que publica esta semana la revista "Paris Match", un 57% de la población desea una victoria de la izquierda en las presidenciales del próximo año, frente a un 38% que se decanta por la derecha.

De celebrarse mañana la primera vuelta de las elecciones, tanto François Hollande (27%), ex líder del PS, como la actual primera secretaria del partido, Martine Aubry (24%), derrotarían a Sarkozy (22%). De cara a una segunda vuelta, Hollande (62% frente a 38%) se impondría con mayor diferencia que Aubry (59% frente a 41%) al actual inquilino del Elíseo.

Como el PSOE, los socialistas franceses están abocados a un proceso de primarias que comienza el próximo 28 de junio. Aubry, que mantenía un pacto con DSK para favorecer la candidatura del que tuviera más posibilidades de vencer, está libre de ataduras para anunciar sus propias ambiciones. Como le ocurrió cuando compitió contra Ségolène Royal por el liderazgo del partido en 2008, los viejos elefantes socialistas, como el ex primer ministro Laurent Fabius, ya han mostrado su apoyo a Aubry, que podría convertirse en la primera presidenta de Francia. Royal, que fracasó en su intento en 2007, aún se muestra dispuesta a dar la batalla. Sin embargo, ahora las encuestas no le son tan favorables (34%).

De aquí al 9 de octubre, fecha en la que los militantes elegirán al candidato del PS, los socialistas franceses tienen la oportunidad de mostrar su mejor cara a los franceses desgranando su programa de gobierno o, por el contrario, enfrentarse en una nueva guerra fratricida por el poder que mine su posibilidades de victoria. Ojalá elijan la primera opción.