Gobierno de España
El jovencito Frankenstein
Es el tiempo de Frankenstein. La semana pasada falleció Gene Wilder, que lo encarnó en la película de Mel Brooks y esta empezarán a emsamblar uno aquí, pero en versión «gobierno progre» y sin ápice de gracia. En el papel de doctor insensato, como llevo pronosticando desde el 26-J, estará Pedro Sánchez, cuyo único objetivo vital es meterse en la Moncloa.
Se ha impuesto la tesis de que vamos a terceras elecciones y anda el personal revuelto, con la idea de que se nos va a atragantar el turrón si tenemos que votar el 25 de diciembre. No se preocupen los catetos, porque podrán cenar caliente y en familia.
No añado que tranquilos, porque la que urde el líder del PSOE indigestará la Navidad a multitud de españoles.
Y es que además, en contra de lo que repiten como una letanía periodistas y políticos, las cuentas le salen.
Con sus escaños, los de Podemos y los de los nacionalistas periféricos, le sobran dos. No va necesitar que los de Bildu se vayan al baño, algo que los facinerosos harían encantados con tal de tener en Madrid un ejecutivo débil, confuso y claudicante.
Se habrán hartado de escuchar que «el Comité Federal no le va a dejar» o que ya el 20-D le marcaron como línea roja el pacto con los independentistas. Pamplinas.
Si conocen un solo caso, una CCAA o un ayuntamiento en que el PSOE no haya pactado hasta con el «sursum corda» para auparse al poder, háganmelo saber, porque desde Baleares a Canarias, pasando por Cataluña, la geografía española está repleta de ejemplos de apaños con independetistas, filoetarras y zarrapastrosos.
Si este 25 de septiembre, Nuñez Feojóo no llega a la mayoría absoluta, no creo que a alguien le quepa la mínima duda de que los socialistas gallegos se apañaran con quien sea, para pillar poder.
Siendo una practica habitual en todos lados, no veo razón para que Sánchez, llegado el momento y contando con unas bases y unos equipos que odian más al PP de lo que aman a su partido y no digamos a España, no haga valer la fórmula a escala nacional.
Subió ayer mi amigo Ruben Múgica un tuit dirigido a Sánchez, en el que citando el artículo 99.1 de que Constitución, dice que si a Felipe VI le cuentas una de vaqueros, «quizá no te propone y te quedas colgao». Desgraciadamente y sabiendo como funciona este país llamado España, el Rey se pondrá de perfil, le llegue lo que le llegue.
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