Danza

El público se sube a las tablas de la Compañía Nacional de Danza

Los bailarines ensayan «Sub», de Itzik Galili, una coreografía con un elenco íntegramente masculino
Los bailarines ensayan «Sub», de Itzik Galili, una coreografía con un elenco íntegramente masculinolarazon

«Completamente contemporáneo». Así resume José Carlos Martínez el nuevo programa de la Compañía Nacional de Danza que, tras la salida de Nacho Duato, tiene que cargar con el sambenito de justificar su selección de piezas para que tanto clásicos como contemporáneos aprueben su gestión. El caso es que tras el de la Zarzuela, más tradicional, y que estuvo de gira por toda España, en esta ocasión ha decidido apostar por la danza más actual. «Tampoco es un programa de vanguardia; no hay ninguna creación nueva. Son piezas que ya se han visto, que yo conozco y que pueden funcionar bien. Es una manera de acercar a los espectadores españoles una danza contemporánea para todos los públicos. En la Zarzuela el pasado junio hicimos nuestro programa más clásico, así que ahora quería pasar a esto para mostrar que, aunque estamos trabajando el repertorio para llegar a hacer un gran ballet clásico, seguimos con el contemporáneo», asegura Martínez. El programa en cuestión está integrado por «Sub», de Itzik Galili, «con un elenco exclusivamente masculino. Es muy dinámica y difícil para los bailarines; hay que estar muy en forma para poder bailarla», explica el director. Le sigue «Falling Angels», de Kylián, una obra que ya había sido interpretada por la CND y que, en contraposición, cuenta con un elenco enteramente femenino. «La originalidad de esta pieza es la combinación de la música de Steve Reich y la coreografía. Generalmente, en sus piezas la música es el origen. Ésta es una excepción». Cierra «Minus 16», de Ohad Naharin. «Es internacionalmente conocida, un clásico del contemporáneo. Utiliza la técnica "Gaga"de calentamiento e interpretación. Todo el cuerpo está implicado: es a la vez sensual y tribal. Hay una parte improvisada, con la presencia más explícita de los bailarines», añade. Es en esta obra donde el título del programa, «Ven a bailar con nosotros», cobra todo su significado: «"Minus 16"es interactiva; se rompe la barrera entre el escenario y el público. En un momento dado, los bailarines bajan al foso y seleccionan gente entre los espectadores para que suban con ellos a escena e improvisen todos juntos», explica Martínez, quien aclara que, «por supuesto, es totalmente voluntario». Ésta, entre otras, son fórmulas que la CND pone en práctica para acercarse al público y que, según su director, están obteniendo sus frutos: «Los malos datos que ha dado la SGAE sobre artes escénicas, por fortuna, no se corresponden con la realidad de la CND. Creo que la variedad de los programas que presentamos también favorecen que el público venga a vernos y que hayamos podido aumentar el número de espectáculos», comenta. Por ello, puntualiza: «Éste es un espectáculo contemporáneo, pero no experimental ni intelectual. Es una manera de formar al público. Me parece que, al frente de esta compañía, mi misión también es esa», termina.