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Meteorología

La alerta de los expertos: el segundo invierno sin olas de frío dispara las plagas y pone en riesgo los cultivos

Los últimos años han tenido la tendencia de ser más cálidos, lo que "es una clara señal del cambio climático"

Ambiente en la Playa de las Canteras
Ambiente en la Playa de las CanterasEuropa PressEuropa Press

España da inicio este 1 de marzo a la primavera meteorológica tras haber experimentado su segundo invierno consecutivo sin ninguna ola de frío. Aunque este fenómeno no es inédito, los expertos advierten que la tendencia hacia inviernos más cálidos en los últimos años es una clara señal del cambio climático, informa Ep.

Una de las principales consecuencias de la ausencia de frío es el incremento de plagas, tal como ha destacado la AEMET. Además, el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), Juan Valero de Palma, ha advertido sobre el peligro de que las heladas tardías dañen los cultivos si estos florecen antes de tiempo debido al calor inusual del invierno. Valero ha instado a "repensar" la política hidráulica del país, dado el aumento de la irregularidad en las lluvias y la variabilidad climática.

El invierno meteorológico en España se ha extendido entre el 1 de diciembre y el 28 de febrero, coincidiendo con la división temporal del año: la primavera meteorológica va del 1 de marzo al 31 de mayo, el verano del 1 de junio al 31 de agosto y el otoño del 1 de septiembre al 30 de noviembre. Estos periodos se basan en el ciclo anual de temperaturas y el calendario, permitiendo a los meteorólogos estudiar las tendencias climáticas con mayor precisión. Según ha explicado Eltiempo.es, estos periodos se basan en el ciclo de temperatura anual y el calendario, en lugar del viaje de la Tierra alrededor del Sol. Tienen más similitudes en cuanto a climatología, lo que permite a los meteorólogos analizar las tendencias climáticas de forma más ordenada y predecible.

El portavoz de AEMET, Rubén del Campo, ha confirmado que este invierno ha finalizado sin olas de frío, convirtiéndose en el segundo consecutivo sin ninguna. Sin embargo, recordó que este fenómeno no es nuevo, citando otras secuencias similares, como las de los inviernos 1997-1998, 2000-2001 y 2013-2014. Además, del Campo ha destacado que solo uno de los últimos diez inviernos tuvo temperaturas inferiores a lo normal (2017-2018), mientras que cinco fueron muy cálidos y tres cálidos. El actual invierno también se clasificará como cálido o muy cálido, lo que refuerza la alerta sobre el cambio climático.

Aunque la falta de olas de frío tiene algunas consecuencias positivas, como la reducción de muertes relacionadas con las bajas temperaturas y un menor consumo de calefacción, también trae efectos negativos. La ausencia de heladas dificulta el control de ciertas plagas, y algunos cultivos, en particular los frutales, necesitan horas de frío invernal para asegurar una floración y maduración adecuadas. Si este proceso se adelanta, el riesgo de heladas tardías podría destruir los frutos.

Mar Gómez, meteoróloga de Eltiempo.es, explicó que para que se registre una ola de frío, al menos el 10% de las estaciones meteorológicas deben mostrar temperaturas mínimas inferiores al percentil 5% durante tres días consecutivos. A pesar de que ha habido días fríos, no se ha registrado ninguna ola de frío este invierno. Gómez también destacó el aumento global de las temperaturas, que ha reducido la frecuencia e intensidad de las olas de frío, lo que ha provocado inviernos cada vez más suaves.

Samuel Biener, de Meteored, añadió que las olas de frío son ahora menos intensas, más espaciadas y de menor duración, lo que afecta a la temporada invernal. En algunas zonas, esto ha incrementado los niveles de polen, pues las condiciones se asemejan más a la primavera. Además, la nieve se está volviendo más escasa e irregular, lo que tendrá consecuencias en la cantidad de agua disponible en los ríos, dado que la nieve es fundamental para su suministro.