Cataluña

Ciudadanos se distancia del PP y mira a la «gran coalición con el PSOE»

Cree que los populares no están siendo leales tras los pactos de las autonómicas

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ayer junto a Inés Arrimadas, en Barcelona
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ayer junto a Inés Arrimadas, en Barcelonalarazon

La candidata de C's a presidir la Generalitat, Inés Arrimadas, ha abogado este martes por un "acuerdo de mínimos"con los partidos que no piden la independencia para liderar la oposición en el Parlament.

La ejecutiva de Ciudadanos se reunió ayer en Barcelona para analizar los resultados de las elecciones autonómicas catalanas y para establecer la estrategia del partido naranja en los próximos días. Tras el encuentro, Inés Arrimadas, la líder catalana, ha enviado una propuesta de diez puntos a los partidos no soberanistas, aunque tiene pocas posibilidades de concretarse. Los socialistas y Podemos ya han rechazado la propuesta.

La ejecutiva presidida por Albert Rivera no concretó en este cónclave la estrategia a seguir de cara a las generales. Lo hará en un par semanas, cuando el núcleo duro de Ciudadanos se encierre durante dos días alejado del ruido mediático. En este encuentro, Ciudadanos establecerá los criterios de su «cambio tranquilo y sensato» concretando un «proyecto político para la mayoría de los españoles, un proyecto para una década», en declaraciones de Rivera a «La Brújula» de Onda Cero, dirigida por David del Cura.

La propuesta de Albert Rivera quiere ser una alternativa «al bipartidismo decadente, que no sirve para solucionar los problemas de los ciudadanos». Su objetivo es ganar las elecciones generales, dicen de forma pública, aunque en privado, con los pies en el suelo, aspiran a ser determinantes para gobernar España de la mano del PSOE o del PP.

«Antes proyecto que insulto»

Ciudadanos todavía no ha tomado una decisión, aunque seguirán manteniendo la tónica seguida tras las elecciones autonómicas y municipales. «Sentido institucional, potenciar la gobernabilidad y reformismo en las formas y en el fondo», apunta un dirigente del partido naranja. Rivera quiere dar un fuerte impulso al proyecto de Ciudadanos –las encuestas que se publicarán en próximos días les son favorables– basado en «la centralidad política», repite incansable, «sin insultar a nadie, porque siempre es mejor un proyecto que un insulto».

En el entorno del presidente de Ciudadanos se estudia una estrategia pensada «en un escenario de pactos porque nadie alcanzará mayorías absolutas, y las mayorías se conseguirán dialogando». En este contexto, se nota un profundo malestar con las críticas que reciben del PP. «Los populares tienen un sentido patrimonialista de los votos y los votos no son de nadie, son de la gente», afirman con vehemencia. Las acusaciones suben de tono porque «el PP trata de denostarnos por el apoyo a Susana Díaz en Andalucía» y no tienen en cuenta que «gobiernan en cuatro autonomías y en más de una decena de ayuntamientos gracias a nuestro apoyo». Un miembro destacado de Ciudadanos añade con acritud que «el PP está jugando sucio. Al contrario del PSOE, que asume su papel de adversario y no de enemigo».

En el seno del partido naranja está tomando cuerpo la idea de que tras las generales «es muy posible un escenario de gran coalición» entre Ciudadanos y PSOE. «No somos de derechas ni de izquierdas, somos los que defienden propuestas concretas que armonicen el bienestar y el progreso social», apunta un dirigente nacional. «No somos la marca blanca del PP, ni somos la muleta del PP», puntualiza con rotundidad.

El distanciamiento con los populares toma cuerpo en el partido de Albert Rivera por «la manipulación sistemática del PP a nuestra política de pactos». Tienen una explicación al respecto. «Tratan de desprestigiar a Ciudadanos por el pacto de Andalucía para evitar lo que se aventura como un desastre del Partido Popular en las generales en Madrid y otras grandes capitales».

Un candidato de Ciudadanos para las próximas elecciones reconoce, sin tapujos, que con el PP «no hay buenas relaciones», mientras que con «los socialistas las relaciones son positivas. Miquel Iceta fue el primero en felicitar a Inés Arrimadas en la noche electoral y durante toda la campaña mantuvo una actitud respetuosa, desde la discrepancia, con nuestros planteamientos. El PP desde el primer día se tiró al cuello. De todo esto se toma nota».