Cataluña

La CUP sugiere la retirada de Mas tras el revés de CDC

En la recta final de la negociación con JxSí alegan otra idea para vetar al president: el giro a la izquierda del votante soberanista

Artur Mas, durante la reunión de la ejecutiva nacional de Convergència celebrado ayer para valorar los resultados de las elecciones
Artur Mas, durante la reunión de la ejecutiva nacional de Convergència celebrado ayer para valorar los resultados de las eleccioneslarazon

En la recta final de la negociación con JxSí alegan otra idea para vetar al president: el giro a la izquierda del votante soberanista

Seis días después de arrancar la campaña de las generales, la diputada de la CUP en el Parlament de Cataluña, Gabriela Serra, contaba que los anticapitalistas esperaban consensuar, justo después de las elecciones, un acuerdo con Junts pel Sí para comenzar la legislatura catalana. Y añadía que el resultado electoral no influiría en las negociaciones. No ha sido así. La noche del domingo, tras conocer los resultados de las elecciones generales, la CUP emitió un comunicado donde emplaza a Junts pel Sí a proponer un candidato alternativo a Artur Mas como presidente de la Generalitat y poner fin así a una negociación que suma más de 80 días sin ofrecer resultados. Si Junts pel sí propone un presidente de consenso, el acuerdo que cierren Junts pel Sí y la CUP esta semana «tiene más posibilidades» de ser validado por la militancia de los antisistema en la asamblea que se celebrará este domingo en Gerona, dicen.

La investidura de Mas es el principal escollo entre Junts pel Sí y la CUP para cerrar un acuerdo que permita iniciar el mandato. En la primera reunión de la formación anticapitalista con sus bases para analizar el devenir de las negociaciones, la CUP rechazó reelegir a Mas. Las conversaciones quedaron en el aire y empezó a cobrar fuerza la idea de repetir elecciones autonómicas en marzo, porque Mas se veía incapaz de lograr los apoyos para ser investido.

Junts pel Sí cuenta con 62 de los 135 escaños que dibujan el Parlament de Cataluña. Para ser reelegido con el apoyo de la CUP necesita, además de su abstención, que los antisistema le presten dos diputados. Convergència puso sobre la mesa una triquiñuela para facilitar la investidura de Mas, que Antonio Baños y Julià de Jòdar, los dos diputados del grupo parlamentario de los antisistema –que van como independientes y no militan en la CUP–, cedan sus votos a Junts pel Sí y el resto se abstenga. Pero la fórmula no convence a los antisistema que, tras el 20-D, han apostado por reforzar el veto a Mas.

La última razón de la CUP para dar la espalda al president de la Generalitat en funciones, tras las elecciones, es el viraje de los votantes independentistas hacia la izquierda. ERC, que en las generales optó por no concurrir con Convergència, se ha situado como la primera fuerza soberanista catalana en el Congreso. Con nueve diputados, uno más que CDC, triplica los resultados que obtuvo en 2011. La CUP alega que «la independencia y el cambio social van cogidos de la mano» y pide un nombre alternativo al de Artur Mas que «sume nuevos agentes políticos y sociales a la ruptura y al proceso constituyente». Durante la negociación se han deslizado los nombres de Raül Romeva, el cabeza de lista de Junts pel Sí y ex eurodiputado de ICV, o el de la consellera de Benestar Social, Neus Munté.

Al «sorpasso» de ERC sobre Convergència, hay que sumar la victoria de la marca catalana de Podemos, En Comú Podem. Sin Cataluña no se entiende el resultado de Pablo Iglesias en España. Pero la CUP no confía en que Cataluña cuente ahora en el rediseño de la España plural. Si bien aplaude el buen resultado de En Comú Podem y lo interpreta como «un amplio apoyo a una fuerza que ha defendido claramente la necesidad de un referéndum para que la población catalana pueda expresarse libremente en las urnas», rechaza una consulta a la escocesa. Alerta además de que los 69 diputados de Pablo Iglesias no tienen nada que hacer con los 213 que suman PP y PSOE, que no quieren referéndum. Por lo tanto, concluyen que «el único camino para hacer irreversible la construcción de la república catalana» es «la unilateralidad».

La propuesta de la CUP llega cuando apenas queda margen para negociar y con un lío en el Parlamento español, igual o más difícil de desenredar que el catalán. Desde CDC, Francesc Homs, que en campaña se enzarzó con los anticapitalistas para tratar de recuperar inútilmente al electorado moderado convergente, reprochó a la CUP que pretenda condicionar ahora el proceso soberanista a los resultados del 20-D. ERC, en un segundo plano mantiene el apoyo a Mas y confía en un acuerdo. Dos voces destacadas de la CUP, Antonio Baños y el antropólogo Manuel Delgado, que cerró la lista en las catalanas, defienden que «la situación de inestabilidad que se augura en España hace inminente un acuerdo CUP-JxSí y reemprender el proceso». El domingo, las bases de la CUP dirán.

De la desconexión al «derecho a decidir»

El resultado de las elecciones generales ha introducido cambios en el discurso de Convergència, aunque su número uno en el Congreso, Francesc Homs, negó ayer que su partido haya optado por un cambio de estrategia a la vista de los respaldos que ha obtenido el independentismo en estos comicios (el 31 por ciento). Pero lo cierto es que CDC recuperó ayer el interés por un referéndum sobre la independencia de Cataluña –una promesa electoral de Podemos–, a pesar de haber iniciado el proceso de «desconexión» del resto de España y de haberse jactado de que los catalanes ya habían decidido su futuro. «Hay oportunidades que estamos dispuestos a aprovechar pero sin renunciar al mandato del 27 de septiembre», dijo Homs para desesperación de Esquerra Republicana.