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Elecciones
A las 00.00 horas de este viernes 7 de julio se dará el pistoletazo de salida a la campaña electoral de los comicios generales del próximo 23J. Se da la casualidad de que el arranque de la campaña coincide con San Fermín, por lo que este año viviremos dos “Chupinazos”: el de Pamplona y el de la cuenta atrás para escoger a los políticos que ocuparán el Ejecutivo durante los próximos cuatro años.
A partir de este momento, los políticos tendrán vía libre para promocionar sus propuestas, ofrecer mítines, participar en debates, publicar campañas en sus redes sociales, enviar propaganda electoral, conceder entrevistas... En definitiva, lo mismo que llevan haciendo desde el pasado 29 de febrero -cuando Sánchez anunció el adelanto de las generales-, pero ahora pidiendo el voto oficialmente, pues en precampaña no tienen “permiso” para hacerlo de forma explícita.
En realidad, no existen demasiadas diferencias entre la precampaña y la campaña electoral. A pesar de que no hay ninguna referencia legal explícita sobre la precampaña electoral, se da por hecho que da comienzo en el mismo momento en que se hace oficial la fecha de los comicios, concretamente cuando la convocatoria se publica en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Digamos que se trata del espacio de tiempo que transcurre entre el anuncio de la fecha de las votaciones y el comienzo de la campaña electoral oficial.
En el caso de la campaña electoral, si hay referencias legales. La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), “la campaña electoral comienza el día trigésimo octavo posterior a la convocatoria, dura quince días y termina, en todo caso, a las cero horas del día inmediatamente a la votación”. En resumen: arranca 16 días antes de las elecciones y se da por finalizada el día anterior para dar paso a la “jornada de reflexión”, 24 horas destinadas a que el electorado medite bien su decisión y escoja a la formación política que más le convenza para asumir esa responsabilidad durante los próximos 4 años.
Durante los días que transcurren desde la convocatoria electoral hasta el comienzo de la campaña (en precampaña), los políticos tienen prohibido pedir el voto o hacer publicidad electoral de forma categórica. Hay ocasiones en las que no cruzar esa línea resulta complicado, pues lo cierto es que los representantes de las formaciones políticas siempre tienen en mente ganarse los votos y el apoyo del electorado. Sin ir más lejos, Mariano Rajoy tuvo que hacer frente a una multa de 60 euros por pedir el voto para el Partido Popular antes del inicio de la campaña electoral para las elecciones autonómicas de 2007.
Tampoco está permitido que los candidatos contraten espacios de publicidad electoral en medios de comunicación públicos y los poderes públicos no pueden financiar actos que “contengan alusiones a logros obtenidos, que utilicen imágenes o expresiones coincidentes a las de sus propias campañas por alguna de las entidades políticas concurrentes".
Por el contrario, sí tienen vía libre para:
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